“Orbaya” sin parar, que es como en
Asturias conocemos al “calabobos” castellano o “chirimiri”
vasco. El resultado es el mismo: al final acabas mojado
hasta los huesos. Pero mi preocupación –con los troncos
chisporroteando en la chimenea- es otra: conseguir que estas
líneas lleguen a su destino, pues ya son las 17.30 y
seguimos en la zona sin internet. “Cachigalines” del medio
rural. Camino de mi refugio en la alta montaña, paré a
desayunar en la carretera con la prensa del día, subrayando
una hoja sí y otra también. Subiendo “La Garganta” pude
enterarme del doble chantaje: el del vocero de ETA por un
lado, un tal Arnaldo al que la Fiscalía del Estado tendió
recientemente un puente de plata y el del fascista régimen
de los ayatolás por otro. Crisis, por lo demás, previsibles
si sabemos con que tipo de truhanes jugamos la partida.
Con todo el dolor que puede causarnos un atentado de la
banda terrorista ETA, no es comparable ni por asomo con el
infierno que puede desatarse en el Golfo Pérsico. No es la
primera vez que el régimen dictatorial de la República
Islámica de Irán (históricamente ligado, de la mano del
criminal Jomeini, al terrorismo internacional versión
islamista shií) tensa las cuerdas, perpetrando un repugnante
acto de piratería de Estado que, técnicamente, bien puede
entenderse como un acto de guerra. Gracias a las imágenes
por satélite, el mundo puede comprobar que la ‘Royal Navy’
operaba en aguas iraquíes al amparo de la Resolución 1546
del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, ese mismo
Consejo que pocas horas después de la acción de guerra
perpetrada por las “camisas pardas” (Guardia Revolucionaria
Iraní) de Ahmadineyad volvía a aprobar una declaración de
condena contra el régimen de Teherán. Por lo demás, la
manipulación de los 15 militares en los medios de
comunicación iraníes nos retrotrae a junio de 2004, fecha en
la que otros 8 soldados británicos capturados arteramente
por Irán eran presentados, con los ojos vendados, en
televisión y obligados a leer panfletos propagandísticos de
formato similar a los de ahora. ¿Alguien se imagina hasta
donde podría llegar la dictadura iraní si algún día
dispusiera de armamento atómico?.
Lo peor que podría hacer el Reino Unido es ceder. Guerra, lo
que es guerra con Irán, la vamos a tener de todos modos. El
tiempo juega a favor de Irán. Siendo pues la guerra
inevitable lo mejor es operar, de forma limitada, cuanto
antes. ¿Cómo?. Bombardeando selectivamente, sin más
dilación, las instalaciones nucleares iraníes y retrasando
su programa decenas de años. “Alea yacta est”: Teherán está
cruzando el Rubicón…..
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