El presidente de la asociación para la defensa del
Patrimonio de Ceuta Septem Nostra, José Manuel Pérez,
consideró que en la Declaración de Impacto Ambiental del
quinto módulo de la desaladora “se ha pasado de puntillas”
en lo relativo al tema energético. Esta declaración se
produce como contrapartida a las manifestaciones del
promotor quien consideró que el uso de energías alternativas
no son objeto del proyecto.
Desde Septem Nostra se descargó parte de la responsabilidad
de Aquavir, promotora del proyecto, en favor de la
suministradora energética a la planta quien, según esta
asociación debería contemplar el uso de fuentes
alternativas.
Pérez no entendió como con el alto nivel de consumo
energético de estas plantas no se ha pensado en acudir a
fuentes la energía fotovoltáica. “Al gasto normal que ya es
importante, recordaron desde Septem Nostra, se le unirá el
que generará el quinto módulo”.
Por otro lado, la consejera de Medio Ambiente, Carolina
Pérez, realizó declaraciones al respecto aunque esperó tener
una información más detallada en próximos días. “La
valoración de la Ciudad sobre la Declaración de Impacto
Ambiental (DIA) del quinto módulo es positiva ya que se han
contemplado las medidas correctoras a las alegaciones
presentadas”, precisó la consejera.
Desde Medio Ambiente se confió en que la DIA sea el
espaldarazo definitivo y se pueda “tener pronto la
ampliación lista”. Para ello, según confirmó Pérez, el
próximo paso es la adjudicación de las obras que “esperemos
se hagan lo más pronto posible”. Finalmente, la consejera
consideró importante que finalmente el diseño de la planta y
las obras no afecten a los cetáceos de la zona como en
principio se preveía.
Afección a cetáceos
Los promotores de ampliación de la desaladora han incluido
en el proyecto del quinto módulo la construcción de un
emisario subamirno de 200 metros de longitud para el vertido
de unos 39.300 metros cúbicos de salmuera, tal como adelantó
ayer EL PUEBLO. Esta cuestión supuso que desde Septem Nostra
se mostrara preocupación en la manera en que los cetáceos de
la zona podrían verse afectados. En este sentido, la DIA
contempla un plan que parece del agrado de esta asociación,
según manifestó su presidente.
La declaración contempla la existencia de un plan de
vigilancia centrado principalmente en las afecciones al
medio marino. Con lo que el titular de la planta remitira
informes a la Dirección General tras uno, tres y seis meses
durante la entrada en funcionamiento de la desaladora y cada
seis meses durante un periodo de tres años.
Finalmente, el presidente de Septem Nostra mostró su
especial interés en que haya un “escrupuloso cumplimiento de
lo proyectado en la DIA”. Según este, muchas veces este tipo
de actuaciones tienen sus bases de actuación marcadas por
las declaraciones de impacto pero se incumplen.
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