Una de las tres alegaciones destacaba la necesidad de
realizar comprobaciones y control del nivel de ruido en la
planta actual y para la futura ampliación. A ésto, el
promotor explica, según la Declaración de Impacto Ambiental
(DIA), que durante la fase de explotación y mantenimiento se
comprobará que la maquinaria a utilizar tenga los
dispositivos necesarios para disminuir la emisión de ruido,
tales como motores de combustión interna provistos de
silenciadores homologados por fabricantes y grupos
electrógenos y compresores silenciosos.
Septem Nostra
La Asociación Septem Nostra solicitó la posibilidad de
emplear energías renovables para el abastecimiento eléctrico
de la planta desaladora y de sus instalaciones. Los
ecologistas señalaron también la existencia de la especie
coral ‘Astroides calycularis’ en la zona de la obra de toma;
y finalmente, la necesidad de un seguimiento arqueológico en
las actuaciones que impliquen movimiento de tierras, así
como de un plan de vigilancia respecto a la composición del
efluente vertido y la calidad de las aguas en el medio
receptor.
Respecto el uso de energías alternativas, el promotor indica
que no son objeto del proyecto. En cuanto a la afección al
cnidario «Astroides calycularis», el promotor afirma que se
aprovecha el trazado del emisario actual por lo que se
minimiza la posible afección. Aunque se ha previsto la
realización de un seguimiento arqueológico a pesar de que no
se han localizado elementos arqueológicos en la zona de
estudio. Finalmente, se contempla un plan de vigilancia,
centrado principalmente en las potenciales afecciones al
medio marino. Con lo que el titular de la planta remitirá
informes a la Dirección General tras uno, tres y seis meses
durante la entrada en funcionamiento de la planta y cada
seis meses a partir de este último durante un periodo de
tres años.
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