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OPINIÓN - LUNES, 26 DE MARZO DE 2007

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

La auténtica crispación
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

La palabreja “fashion” de estas jornadas es “crispación” y lo es porque, la clase política, ha elevado levemente el nivel de sus críticas mutuas y se atacan de forma educada y por riguroso turno. Los populares lanzan fulminaciones por la forzada absolución del delincuente Otegui y los socialistas acusan a los peperos de “extremismo”. Y ambas partes se sienten por igual extraordinariamente zaheridas, vejadas e insultadas por una especie de palabrería crítica, pero tremendamente insulsa, donde la sangre jamás llegará al río.

“Se nota, se siente, que los políticos están ausentes” ¿Crispación dicen? En efecto, más que crispación, desesperación, entre los miles de jóvenes que hace pocas fechas salieron a las calles, al son de los tambores y aplaudidos por todos los españoles exigiendo una vivienda digna que no signifique el caer en manos de los tiburones de la banca e hipotecarse y empobrecerse para el resto de sus vidas. ¿Qué partido político, entre tibio insulto y ñoña respuesta será capaz de proponer la creación de una Banca Nacional, con intereses blandos, que sea un auténtico servicio público y permita escapar a los españoles de la usura bancaria? Vamos, digo yo que si, indigenistas medio lelos como Hugo Chavez o Evo Morales nacionalizan, la cosa no tiene que ser tan peliaguda y farragosa.

Banca Nacional al servicio del pueblo, brear a los especuladores inmobiliarios y obligar a sacar al mercado a precios reales y realistas los cientos de miles de viviendas desocupadas que existen. ¿Qué por qué insito en precios reales y realistas? Porque, no sé si en Ceuta, que parece un lugar más controlado y más civilizado, pero en la Península, cualquiera que tiene noventa metros en un lugar miserable, sueña con los mil euros, aunque el alquiler real y el precio de mercado no excediera de los trescientos, porque alquilan los pisos, no por habitaciones, sino por camas a los inmigrantes que, a su vez, realquilan y así proliferan los pisos-patera. Sin orden ni control, mientras que cualquier familia que no esté dispuesta a pagar por ocho horas de ocupación de un colchón mugriento sino que necesite un lugar donde vivir con sus hijos de manera “normal” se ve imposibilitada a acceder a un alquiler. Y los jóvenes, si son afortunados, consiguen de los buitres especuladores, treinta metros a compartir y dejándose en ello medio sueldo de mileurista sin perspectivas. ¿Crispación cuentan? De acuerdo. Existe y mucha, muchísima y totalmente al margen de los “insultos” de colegio de los Maristas años cincuenta que se dedican los pertenecientes a esa casta de privilegiados que se han enchufado a la teta pública y tienen ya la vida resuelta, entre sueldos y pensiones blindadas. A ver, a ver que lider anuncia para la campaña la anulación absoluta de las pensiones millonarias de los altos cargos, con efecto retroactivo y el que quiera cobrar en la jubilación, que se apunte a un plan de pensiones y apoquine como el resto de los españolitos. Esa es una propuesta decente, honrada, popular y tendente a acabar con la crispación existente.

Porque ¿Quién es el pamplinas que puede creer que, los hipotecados y preocupados ciudadanos se conmuevan o crispen por las educadas estupideces con las que los políticos se adjetivan mutuamente? ¡Anden y que les den! Porque, si la clase política fuera digna , decente y estuviera en sintonía con los sentimientos del pueblo, si la pandemia española se llama “mileurismo” ellos, por coherencia y por vergüenza, tendrían que ser los primeros mileuristas para dar ejemplo de solidaridad, cercanía y austeridad. ¿Qué un posturas dice que hay ambiente guerracivilista? ¡Y un carajo! Los rifirrafes del politiquerío no son los nuestros, lo que hay en ambiente guerramamoneísta, sublevación civil contra la injusticia y el mamoneo y ahí está la auténtica crispación.
 

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