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sociedad - LUNES, 26 DE MARZO DE 2007


Un alumno trabajando. REDUAN

reportaje / forja xxi en ceuta
 

“Ahora los alumnos tienen una disciplina y trabajan en equipo”

Los monitores de la Escuela Taller
que está rehabilitando la Rampa del Príncipe comentan los avances de los participantes
 

CEUTA
Rocío Maresco
rociomaresco@elpueblodeceuta.com

La Fundación Forja XXI está desarrollando en colaboración con el Servicio Nacional de Empleo y el Ministerio de Defensa un programa de Escuela taller para rehabilitar la Rampa de Abastos. Participan un total de 39 alumnos, que se distribuyen en cuatro módulos: carpintería de madera, metálica, albañilería e instalaciones. El objetivo de esta iniciativa es insertar a jóvenes desempleados de la Ciudad Autónoma con una baja formación, dotándolos de unos conocimientos básicos en oficios de alta demanda en todo el mercado de trabajo nacional. Todos los módulos se componen de 8 alumnos con la excepción de albañilería donde son 15, ya que es la especialidad que más tareas realizará en la rehabilitación, poner ladrillos, enfoscar con morteros,poner solería, alicatado, es el más completo.

La directora de la Escuela Taller, Susana Pita de Torre, señala la importancia de unas labores de enseñanza total mente prácticas hasta el punto de que los alumnos ya están realizando instalaciones definitivas. La Rampa de Abastos albergará en el futuro oficinas para la Fundación, el Ministerio de Defensa y una amplia sala de exposiciones. “Además de que se están formando y están haciendo sus prácticas, están construyendo por ejemplo unos baños, que serán los baños definitivos de la Fundación. Se dan cuenta de que el trabajo que realizan será aprovechado por las personas que trabajen aquí posteriormente”.

La Escuela Taller tiene cuatro fases, cada una de ellas tiene una duración de serie meses. La primera se dedica a la formación y los alumnos reciben una beca por parte del Servicio Nacional de Empleo y a partir de la segunda fase, se les formaliza un contrato. Así hasta completar los dos años.

Educación compensatoria

Los participantes disfrutarán de un módulo de sensibilización medioambiental, de igualdad de género, alfabetización informática, que se darán durante toda la Escuela Taller, es decir, durante los dos años. La responsable del módulo de educación compensatoria, Emma Mohamed dos Santos, indica que el módulo que dirige, se dedica, sobre todo, a dotar a los alumnos de nociones matemáticas básicas así como de una mejor expresión en castellano. “En realidad, está dentro de una formación básica que se pretende dar aquí. La compensatoria es un poco más específica, estamos hablando del área de matemáticas y lenguaje durante dos años, distribuidos en cuatro fases.

A la semana reciben tres horas de compensatoria en principio, aunque tenemos previsto aumentar las horas. Básicamente lo que se trata es en el área de lenguaje y de matemáticas son conocimientos que luego puedan aplicar a su trabajo, como sumar, restar o multiplicar. Buscamos esa expresión que les falta porque casi todos son dariya-parlantes. Entonces tiene muchas dificultades de expresarse oralmente y por escrito muchísimo más”, añade.

El trabajo con los chavales

Todos los monitores coinciden en señalar que en dos meses los chavales han avanzado mucho. Como en todos los procesos de aprendizaje hay motivación más por unos que por otros pero “la mayoría muestra mucho interés”.

El monitor de albañilería, Juan Antonio Vega Socias, hace hincapié en la iniciativa que tienen muchos de ellos. “Los chicos están bastante aplicados, no todos pero sí la mayoría. De no estar haciendo nada a conseguir que trabajen un poco y que les guste el oficio para mí es bastante logro. Lo han hecho todo ellos, oficinas, aulas y baños.. Hemos notado mucha diferencia porque parten de cero en conducta, comportamiento, nada de obligaciones. Ahora tienen unos horarios para llegar a la escuela, tienen una disciplina y trabajo en equipo”. Queda mucho por hacer pero los materiales originales de la Rampa de Abastos se van recuperando poco a poco, y los algunos jóvenes ceutíes tienen una oportunidad para salir adelante.


Mohamed: “Me gusta aprender un oficio”

Himad Mohamed Mizzian tiene 18 años, vive en la Parisiana y como otros jóvenes ceutíes ha hecho algún que otro cursillo formativo. “Hice un curso de mecánica, estuve esperando que me llamaran de una empresa pero no tuve suerte. Me apunté a la Escuela Taller porque me gusta aprender un oficio”.

Mohamed reconoce que ha mejorado mucho en estos dos meses, lo que más le atrae es la carpintería metálica. Ha aprendido a hacer puertas y ventanas. De hecho, cree que estará capacitado para hacer la reforma de una vivienda cuando acabe con su formación en la Escuela Taller. El monitor de instalaciones, Juan Martín González, se mostró satisfecho con el rendimiento de este alumno. Entre todos pondrán en marcha la instalación eléctrica de la Rampa de Abastos.
 

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