La Fundación Forja XXI está desarrollando en colaboración
con el Servicio Nacional de Empleo y el Ministerio de
Defensa un programa de Escuela taller para rehabilitar la
Rampa de Abastos. Participan un total de 39 alumnos, que se
distribuyen en cuatro módulos: carpintería de madera,
metálica, albañilería e instalaciones. El objetivo de esta
iniciativa es insertar a jóvenes desempleados de la Ciudad
Autónoma con una baja formación, dotándolos de unos
conocimientos básicos en oficios de alta demanda en todo el
mercado de trabajo nacional. Todos los módulos se componen
de 8 alumnos con la excepción de albañilería donde son 15,
ya que es la especialidad que más tareas realizará en la
rehabilitación, poner ladrillos, enfoscar con morteros,poner
solería, alicatado, es el más completo.
La directora de la Escuela Taller, Susana Pita de Torre,
señala la importancia de unas labores de enseñanza total
mente prácticas hasta el punto de que los alumnos ya están
realizando instalaciones definitivas. La Rampa de Abastos
albergará en el futuro oficinas para la Fundación, el
Ministerio de Defensa y una amplia sala de exposiciones.
“Además de que se están formando y están haciendo sus
prácticas, están construyendo por ejemplo unos baños, que
serán los baños definitivos de la Fundación. Se dan cuenta
de que el trabajo que realizan será aprovechado por las
personas que trabajen aquí posteriormente”.
La Escuela Taller tiene cuatro fases, cada una de ellas
tiene una duración de serie meses. La primera se dedica a la
formación y los alumnos reciben una beca por parte del
Servicio Nacional de Empleo y a partir de la segunda fase,
se les formaliza un contrato. Así hasta completar los dos
años.
Educación compensatoria
Los participantes disfrutarán de un módulo de
sensibilización medioambiental, de igualdad de género,
alfabetización informática, que se darán durante toda la
Escuela Taller, es decir, durante los dos años. La
responsable del módulo de educación compensatoria, Emma
Mohamed dos Santos, indica que el módulo que dirige, se
dedica, sobre todo, a dotar a los alumnos de nociones
matemáticas básicas así como de una mejor expresión en
castellano. “En realidad, está dentro de una formación
básica que se pretende dar aquí. La compensatoria es un poco
más específica, estamos hablando del área de matemáticas y
lenguaje durante dos años, distribuidos en cuatro fases.
A la semana reciben tres horas de compensatoria en
principio, aunque tenemos previsto aumentar las horas.
Básicamente lo que se trata es en el área de lenguaje y de
matemáticas son conocimientos que luego puedan aplicar a su
trabajo, como sumar, restar o multiplicar. Buscamos esa
expresión que les falta porque casi todos son dariya-parlantes.
Entonces tiene muchas dificultades de expresarse oralmente y
por escrito muchísimo más”, añade.
El trabajo con los chavales
Todos los monitores coinciden en señalar que en dos meses
los chavales han avanzado mucho. Como en todos los procesos
de aprendizaje hay motivación más por unos que por otros
pero “la mayoría muestra mucho interés”.
El monitor de albañilería, Juan Antonio Vega Socias, hace
hincapié en la iniciativa que tienen muchos de ellos. “Los
chicos están bastante aplicados, no todos pero sí la
mayoría. De no estar haciendo nada a conseguir que trabajen
un poco y que les guste el oficio para mí es bastante logro.
Lo han hecho todo ellos, oficinas, aulas y baños.. Hemos
notado mucha diferencia porque parten de cero en conducta,
comportamiento, nada de obligaciones. Ahora tienen unos
horarios para llegar a la escuela, tienen una disciplina y
trabajo en equipo”. Queda mucho por hacer pero los
materiales originales de la Rampa de Abastos se van
recuperando poco a poco, y los algunos jóvenes ceutíes
tienen una oportunidad para salir adelante. |
Mohamed: “Me gusta aprender un oficio”
Himad Mohamed Mizzian tiene 18
años, vive en la Parisiana y como otros jóvenes ceutíes ha
hecho algún que otro cursillo formativo. “Hice un curso de
mecánica, estuve esperando que me llamaran de una empresa
pero no tuve suerte. Me apunté a la Escuela Taller porque me
gusta aprender un oficio”.
Mohamed reconoce que ha mejorado mucho en estos dos meses,
lo que más le atrae es la carpintería metálica. Ha aprendido
a hacer puertas y ventanas. De hecho, cree que estará
capacitado para hacer la reforma de una vivienda cuando
acabe con su formación en la Escuela Taller. El monitor de
instalaciones, Juan Martín González, se mostró satisfecho
con el rendimiento de este alumno. Entre todos pondrán en
marcha la instalación eléctrica de la Rampa de Abastos.
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