… que barcos sin honra. ¿Qué les
ha parecido a ustedes el intragable mamoneo que se han
traído y llevado con el proetarra Otegui? Servidora de
ustedes, aunque pertenece desde siempre al bando contrario a
los de los “pactos con ETA” se ha sentido herida, confusa e
inevitablemente cabreada. Como toda España. Porque, si se
palpa el sentir popular se entiende el dicho “Los españoles,
contra Batasuna, todos a una” Aquí no hay colores,
ideologías ni banderolas, pasquines ni pancartas, todos
aborrecemos a esos gandules zarrapastrosos y se nos abren
las carnes de pensar que, el Otegui, no compareció en la
Audiencia Nacional porque no le salió de las pelotas, que
tuvieron que ir a buscarle a su domicilio y que, en lugar de
hacerle una de esas horrorosas conducciones normales en el
inhumano furgón, como al resto de las criaturas que son
detenidas para llevarlas a un juicio, fletaron para ese ser
abyecto y despreciable un avión. Por favor, seamos honrados,
salvaguardemos un poco del honor que nos queda y que se
convoque un referéndum para reformar la Constitución en el
sentido de borrar del texto, hasta tiempos mejores y con más
vergüenza, el llamado Principio de Igualdad del artículo 14.
Y no solo porque se ha mostrado y demostrado que es una
mentira, sino porque constituye un desprecio, una
humillación y un escarnio para esos presos que recorren en
furgones las carreteras españolas, faltándoles el aire y la
vida, en un puro trato inhumano y degradante. No. Nuestros
presos no son trasladados “a la americana” en autobuses con
sus cristales blindados, pero por donde entran la luz y la
bendición de Dios, sino como auténticos animales en unos
vehículos que deberían estar prohibidos porque son tumbas de
chapa. Privilegios, zalemas, lujos, derroche y un fiscal que
retira la acusación, porque asistir al homenaje por un
criminal de ETA justicieramente reventado al manipular una
bomba, portar su ataud bajo la bandera de los asesinos y
hacer un discursejo exaltándole y justificando los crímenes
no es ni exaltación ni colaboración con el terrorismo, dice
el fiscal. O le obligan a decir al pobre fiscal. Y ya pagará
el inglés el vino que se bebió. Pero no hay que ser analista
geopolítico, sino una merdellona del Palo como lo soy yo
para saber que, uno de los requisitos que ha puesto la mafia
etarra para sus pactos y componendas es el económico. Punto
primero: Colocar a sus gandules. Punto segundo: Para colocar
a los gandules hay que aglutinarles bajo las nuevas siglas
de un nuevo partido político que represente los intereses de
los ciento treinta mil hijoputas que apoyan a ETA en el País
Vasco. Punto tercero: Los gandules saldrán electos por los
sufragios de los ciento treinta mil hijoputas y accederán a
cargo público, sueldos, prebendas, kilometrajes, dietas,
subvenciones golosas y, antes que nada, a tener un medio de
vida y de subsistencia. Punto cuarto: Dinero contante y
sonante, porque, los etarras en activo tiene que comer tres
veces al día y pagar sus gastillos. O bien mirar para otro
lado cuando lleguen las oleadas de cartas exigiendo el
impuesto revolucionario a los empresarios porque, como el
sol sale para todos, los liberados y sus familiares, los
presos y sus parentelas y los borrokillas, también tienen
derecho a comer y los últimos a tener para porros y
pastillas y las subvenciones del Gobierno Vasco, tan
colaborador, generoso y cooperante con el dinero público,
llega pero no alcanza, porque, no solo de pan vive el hombre
y los marginales borrokillas se sentirían motivados, amén de
por las anfetas domésticas y el éxtasis, por la play station
3. ¿Y esta es la honra que queremos? Tal vez lo conveniente,
en esta coyuntura es que, nuestros políticos, comiencen a
lanzar a los mítines e intervenciones a los que son capaces
de crear opinión y sublevar al personal. Que hablen Jiménez
Losantos, Antonio Burgos, Pedrojota, Arturo Perez Reverte y
los que son reserva espiritual de la honra sin barcos.
Porque los barcos sin honra que nos ofertan hieden a
cadaverina y no están fabricados en astilleros sino en las
cloacas.
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