En convulsas circunstancias viajará hoy el Universidad de
Granada a tierras caballas para enfrentarse mañana, domingo,
al Unión África Ceutí. El motivo de esta situación es la
forzada destitución del ya ex entrenador Jesús Escañuela del
pasado miércoles.
A pesar de gozar aún con opciones de ascenso (el equipo
marcha tercero) el ultimatum lanzado esta semana por diez
jugadores de la plantilla, que amenazaron con no jugar en
Ceuta, ha obligado al club a tomar medidas y cesar al
técnico.
El circunstancial y eventual reto de dirigir al equipo en
las tres jornadas restantes para la conclusión del
campeonato ha recaído en un hombre de la casa y de
contrastada experiencia en los banquillos, Matías Márquez
Cebrían, actual seleccionador de Andalucía y secretario
técnico del Universidad de Granada.
- ¿Cómo se explica el despido de un técnico a falta de tres
jornadas y cuando el equipo aún lucha por el ascenso?
- Los primeros problemas surgieron hace un mes, pero
parecían haberse solucionado. Pasado este plazo, el martes
diez jugadores dijeron que no estaban dispuestos a seguir
bajo las órdenes de Escañuela. Ante esta tesitura, y para
evitar hacer el ridículo en Ceuta con sólo ocho jugadores,
no hubo otro camino que intentar reconducir la situación
para terminar del mejor modo la temporada. Por ello, no
tuvimos más remedio que destituir a Escañuela.
- ¿Donde radicaba el conflicto?
- Parece ser que viene de la incompatibilidad entre técnico
y jugadores. Escañuela quería unas cosas del equipo y los
jugadores consideraban que sus ideas eran demasiado rígidas
para un equipo no profesional. El ya ex entrenador exigía
mucho trabajo y disciplina, y esto terminó por colmar la
paciencia de buena parte de la plantilla. Además, la
filtración de una lista de con los jugadores que no contaban
para el técnico para la próxima temporada agravó aún más la
crisis.
- ¿Cómo va a afectar deportivamente esta situación al
Universidad?
- Eso es una incógnita. Yo espero y deseo por el bien del
equipo que la situación cambie a mejor. El jueves me tuve
que hacer cargo del equipo y dirigí el primer entrenamiento
de la semana. Más tarde, en una reunión, les informé que
esto había que sacarlo adelante aunque no esté en nuestra
mano ser segundos a pesar de ganar los tres partidos. Estoy
convencido de que van a intentarlo, porque son conscientes
de que han puesto al club en una situación que no es del
agrado de nadie. Es algo paradójico que se destituya a un
técnico que marcha tercero a tres jornadas del final, pero
la situación, según los jugadores, era insostenible. Ahora,
yo creo que ellos podrán todo de su parte precisamente para
demostrar que no estaban a gusto con él.
- ¿Los ceutíes podrían pescar entonces en río revuelto?
- Están ganando fuera y dentro con solvencia, demostrando
que son un buen equipo. Una cosa está clara, lo vamos a
tener muy complicado. Su trayectoria es muy buena y si les
hubieran ido mejor las cosas en la primera vuelta a lo mejor
el domingo nos estaríamos jugando algo más que dos puntos.
Ellos jugarán sin presión y nosotros necesitamos la
victoria.
- ¿Es consciente de que los caballas aún recuerdan su
derrota en Granada a causa de decisiones arbitrales claves
en su contra?
- Hubo entonces alguna decisión un poco rara. Cuando un
equipo está al borde del empate y dos decisiones un poco
rigurosas le llevan a la pérdida de al menos un punto, es
lógico que se sintieran molestos. Me imagino que esta
situación les dará aún más ganas de vencernos mañana.
- Una revancha meramente deportiva...
- Por supuesto, yo espero que la haya. Como entrenador me
encantan estos partidos.
|