La Sección VI de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta
sentó ayer en el banquillo de los acusados a tres jóvenes,
las hermanas ceutíes, S.A.A y L.A.A, de 19 y 24 años
respectivamente, y al marroquí M.B.L, de 20 años de edad,
por un delito contra los derechos de los ciudadanos
extranjeros.
Los hechos sucedieron el pasado 31 de octubre de 2006 cuando
en el paso fronterizo del Tarajal, el vehículo que conducían
las dos hermanas fue interceptado y registrado por los
agentes de la Guardia Civil.
Uno de estos agentes aseguró ante el Tribunal que abrieron
el maletero y al no hallar nada, decidieron proceder a un
registro más exhaustivo.
“Al abrir la guantera observé que había sido manipulada y
tras retirar unos papeles vi lo que parecía un pantalón
vaquero. Fue una verdadera sorpresa cuando retiramos el
salpicadero y comprobamos que había un indocumentado
oculto”, aclaró.
Tal y como explicaron los guardia civiles, este hombre, de
origen indio, presentaba signos de mareo y falta de
respiración debido al prolongado tiempo que llevaba oculto
en ese lugar.
Ante las preguntas del Ministerio Fiscal, los agentes
añadieron que las jóvenes estuvieron presentes durante todo
el proceso de intervención del vehículo y que no pudieron
ayudar a la policía a sacar al indocumentado del salpicadero
porque aseguraban “no sabemos nada de ese hombre”.
Las dos hermanas explicaron ante el Tribunal que habían sido
engañadas por el tercer acusado, M.B.L.
“Él me dijo que me prestaba su coche para ir a Marruecos,
como tantas otras veces, porque yo tenía que ir a hacer unas
compras. Al llegar a Castillejos, me comentó que lo iba a
dejar en el garaje para que se lo arreglaran porque se
calentaba mucho el motor. Cuando terminé de hacer mis
compras volví a llevarme el coche para Ceuta y en la
frontera me encontré esto”, comentó la hermana mayor, L.A.A.
El joven, M.B.L, no quiso declarar ante las preguntas del
fiscal para ratificar lo que había manifestado ante el juez
de instrucción, el hecho de que iba a cobrar una importante
cantidad por pasar al inmigrante y que las dos chicas no
sabían nada, cuestión que fue utilizada por el Ministerio
Fiscal para solicitar una pena de ocho años de prisión para
cada uno de los acusados.
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“Un engaño” es lo que argumenta la defensa
El letrado de la defensa de las
dos hermanas imputadas en este caso, argumentó ante el
Tribunal el hecho de que sus defendidas son buenas chicas,
estudiantes, trabajadores, jóvenes y que precisamente esa
falta de experiencia les ha llevado a verse envueltas en
estos hechos.
“Mis defendidas han sido víctimas de un engaño claro, de ahí
a que ante la Guardia Civil se mostraran totalmente
tranquilas cuando descubrieron al inmigrante oculto”,
explicó el letrado.
La defensa pide por tanto una sentencia absolutoria.
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