El estudio de los materiales hallados en la excavación de la
calle Linares ha revelado la evidencia de ocupación de la
Ciudad Autónoma durante el periodo Almohade-Almoravide.
Signos de vida doméstica, descubiertos el pasado año durante
las excavaciones para construir un edificio, que se verán
revalorados con su exhibición, el próximo 18 de mayo,dentro
de los actos del Día Internacional del Museo. El objetivo
para la consejería de Cultura es poner de manifiesto una
colección “excepcional” y de carácter inédito de
conservación si se establece la comparativa con otros
hallazgos en la península, tal como confirma el responsable
de Arqueotectura, José Suarez.
Por el momento, se ha procedido al estudio de materiales de
época medieval (grandes platos, jarras, ajuares y restos de
fauna de consumo). Una muestra de ocupación desde el siglo X
y hasta el siglo XIV, que ha devuelto al material su nivel
de calidad para la investigación de Suarez en la península
como en el norte de África.
Suarez prevé finalizar el estudio de las piezas dentro de un
mes para proceder después a redactar el informe oficial.
La construcción de veinte viviendas residenciales de una,
dos y tres habitaciones en el solar que ocupa los números 6
y 8 de la calle Linares y el descubrimiento de una
habitáculo del siglo XV y de un pozo del XVIII conforman el
proyecto que analiza Arqueotectura.
Ambos restos se sitúan alrededor del patio de una casa
típica árabe de la que no quedan muchos resquicios porque
todo el lateral ha sido arrasado por un foso contemporáneo.
El tipo de vivienda sigue la pauta de la casa árabe clásica,
que, a su juicio, está adscrita al mismo momento histórico
que las diez casas que se hallaron en Huerta Rufino : clase
media baja, en la que todas las habitaciones se sitúan
alrededor del patio, modesta y sin lujos.
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