Las V Jornadas de Geopolítica y
Estrategia, que ayer se presentaron en el Centro Asociado de
la UNED de Ceuta y que tendrán lugar durante los
próximos días 17, 18 y 19 de abril, constituyen sin duda
alguna una apuesta honesta y valiente por parte de sus
organizadores.
Primero porque en los análisis sobre el emponzoñado
conflicto de Oriente Medio suele primar,
lamentablemente, más la pasión que la razón. Por ello quizás
un foro universitario sea uno de los pocos lugares en los
que se pueda debatir, con la suficiente serenidad y
garantía, las diferentes aristas del problema en un marco
académico. A ello contribuirá, sin duda, el ponderado
equilibrio buscado por los organizadores en la selección de
los ponentes, a fin de recoger a lo largo de las
exposiciones las diferentes sensibilidades bajo las que se
estudia el conflicto.
De entrada, nos encontramos con dos sectores sociológicos
con perfiles muy nítidos:
a) Por un lado el mundo no musulmán, en el que es posible
encontrar todas las posturas: desde el decidido apoyo a
Israel a su total censura, pasando por opciones más o
menos de compromiso.
b) Por otro -casi como un “todo”- el resto de las sociedades
que, genéricamente y salvo excepciones, podemos agrupar bajo
el epígrafe d “islámicas” y que, en líneas generales, suelen
presentar un frente de rechazo a la misma existencia de
Israel como estado, bajo la cobertura de criterios,
fundamentalmente, étnicos y religiosos.
¿Cuáles son las razones que abortaron el nacimiento, en la
historia, de un Estado palestino en 1947?
¿Qué fuerzas se oponen, en este momento, a la existencia de
dos Estados viables, con fronteras seguras y reconocidas,
uno al lado del otro?.
Porque si dolorosa fue la forzada emigración palestina,
habría también que traer a colación los cerca de seiscientos
mil judíos expulsados, con una mano delante y otra atrás, de
una gran parte de los países árabes.
¿Masacres?. Nadie puede dar lecciones de moral, pero las
grandes matanzas de miles de palestinos fueron perpetradas,
fundamentalmente, por sus “hermanos” árabes (“Septiembre
Negro” sin ir más lejos).
.Hay finalmente un pequeño y seguramente fútil detalle:
apenas conozco a nadie que no esté dispuesto a reconocer un
Estado palestino, pero son legión los que le niegan
al Estado de Israel el pan y la sal, el
derecho a vivir en paz y tranquilidad. La burda demagogia
antisraelí es aterradora. Parece que aun anida, en muchos
corazones, el viejo designio de los países árabes en 1948:
acabar la obra de Hitler. Arrojar a los judíos al
mar.
¿Cómo vas a negociar con quien no te reconoce el derecho a
existir?
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