PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - LUNES, 19 DE MARZO DE 2007

 

OPINIÓN / SNIPER

José Mari Aznar o el morisco converso
 


José Luis Navazo
jlnavazo@telefonica.net
 

Los caminos de Alá (o los de Dios, que es lo mismo) son inexcrutables. Y los viajes iniciáticos en busca o acomodo con lo Absoluto son de ída y vuelta. ¿Verdad Mhedi?

Por ello no me extrañó la andanada genealógica que el historiador tetuaní, Azzuz Hakim, le soltó al ex Presidente José María Aznar. Tras alanzear con dureza contenida, no exenta de guasa, el confuso y descontextualizado discurso aznariano (¿quién habrá sido la torpe mente que lo parió?) en la universidad Georgetown de Washington, el pasado mes de septiembre, mi buen y viejo amigo Benazuz (con el que simpatizo y concuerdo en un 70%, polemizo en un 20% y discrepo en el resto) aludió, parapetado en una retahíla de datos, al orígen árabe del apellido de José Mari. Según la tesis que escuché ante ayer en la Casa de Cultura de la andalusí Xauen (morisca y hebrea), los antepasados de Aznar habrían sido unos musulmanes que, tras los sucesivos decretos de expulsión, optaron por quedarse en su patria hispana no sin previamente disimular el apellido (que en árabe significaría algo así como castillo de fuego) y convertirse al cristianismo católico. ¿No hay peor cuña que la de la propia madera?. Tal podría ser una de las explicaciones, según el expositor, del actual talante de Aznar. Al fin y al cabo, rumié para mí, uno de los impulsores de la tenebrosa Inquisición, Torquemada, era de orígen hebreo. Como ya disparé días ha, Aznar hubo de tragarse -in absentia- sapos, merucos y culebras.

Curiosa es la cosa -y escribo de cosecha propia-, pues el ahora crispado Aznar al que, por cierto, se le está poniendo un fotogénico rostro de diablillo, tendría más ramalazos con la morisma además del apellido. Veamos y empecemos con el sorpresivo arrumaco (tras el 11-S neoyorquino) en el mallorquín hotel Formentor con el sátrapa Presidente de la Autoridad Nacional Palestina, el corrupto e incompetente Yaser Arafat, tras el que un José Mari encandilado por no se qué efluvios zascandileó desabridamente (¿estaba en el guión?) contra el vapuleado Israel. El segundo, más jocoso, le emparenta directamente con su consuegro belga-argelino, Jeff Agag, musulmán magrebí de pura cepa y abuelete -como él- de los dos medio nietos moros (pasa en las mejores familia, si lo intuiré yo...) fruto del tálamo de su hija Anita con el yernísimo Alejandro Agag (Sarasola de turno) tras su insolente bodorrio en El Escorial hace ya más de cuatro años.

¡Salam malecum, José Mari!
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto