El paquistaní Khalid Sheikh Mohammed, uno de los líderes de
la organización Al Qaeda, ha confesado que organizó los
atentados del 11 de septiembre de 2001 que causaron la
muerte de alrededor de 3.000 personas en Estados Unidos.
Del mismo modo, según el informe de 26 páginas en poder de
las autoridades americanas y que ha trasladado a países
occidentales, el jefe de operaciones de Osama Bin Laden
preveía un ataque contra el comercio occidental desarrollado
en el Estrecho de Gibraltar. En concreto contra petroleros
y, según contemplarían los servicios de Inteligencia,
mediante lanchas bombas.
El paquistaní se atribuyó no sólo los atentados del 11-S
como cerebro de la operación, sino que enumeró una cadena de
actos terroristas con anterioridad, más los previstos que
aún no se han llevado a cabo, como el presunto ataque en el
Estrecho de Gibraltar.
OTAN
No es nuevo que desde 2003 se toman medidas especiales de
protección que desarrollan no sólo las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado en España, en los puertos de Ceuta y
Algeciras, sino que la propia OTAN mantiene desplegado el
operativo ‘Active Endeavour’ (Esfuerzo Activo) puesto en
marcha en 2003 desde que se conoció que la Policía marroquí
desarticuló en esos tiempos una 'célula durmiente' de Al
Qaeda que supuestamente preparaba un atentado suicida desde
Ceuta o Melilla con 'zodiacs bomba' contra buques mercantes
o naves de la OTAN en el Estrecho de Gibraltar.
Las investigaciones conjuntas de la Dirección de Seguridad
del Territorio (DST) marroquí, un equipo del FBI
estadounidense y agentes españoles del Centro Nacional de
Inteligencia (antiguo Cesid) se saldaron con la detención de
cinco personas con edades comprendidas entre los 25 y 35
años, tres saudíes afincados en Marruecos y las esposas de
dos de ellos. Los terroristas detenidos y sus seguidores
argelinos habían estudiado minuciosamente las rutas del
contrabando y de la inmigración ilegal para hacer pasar los
explosivos.
Por su parte y dada la cercanía de la Base naval de Rota, el
Pentágono exigió que en el nuevo Convenio de Defensa que
negociaban Madrid y Washington se incluyese una claúsula
"antiterrorista" por la que los servicios de investigación
criminal de la Marina y la Fuerza Aérea de EE UU, pudiesen
actuar en suelo español para proteger al personal civil y
militar, así como sus instalaciones.
Los servicios de inteligencia de Estados Unidos consideran
que cada vez es mayor el riesgo de atentados navales de la
estructura terrorista en el Estrecho de Gibraltar, por lo
que el plan de la Alianza Atlántica se centra en el refuerzo
de la vigilancia en este área, considerada, clave del
tráfico marítimo mundial.
Los países de la OTAN que han facilitado hasta ahora sus
buques para las labores de vigilancia son EEUU, Alemania,
Grecia, Italia, Holanda, Turquía, Reino Unido, Portugal,
Bélgica, Dinamarca y Noruega. También España aporta
rotativamente la fragata ‘Santa María’, la ‘Extremadura’, la
‘Baleares’, la ‘Canarias’, la ‘Andalucía’, y la ‘Numancia’.
Submarinos y aviones Awacs vigilan este área del
Mediterráneo de manera permanente mientras que los servicios
de información de España, Reino Unido y Marruecos trabajan
sobre el terreno para anular cualquier intento.
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