Una gran patata caliente, la que
se fueron pasando todos y cada uno de los gobiernos
asentados en las poltronas municipales, en relación al
estupendo desaguisado suscitado por la falta de control
desde los inicios de la actividad en las naves llamadas del
Tarajal y que configuran el grueso de los cuatro polígonos
con 230 de ellas construidas a la ribera de la alambrada que
separa España de Marruecos. Sin licencias de apertura, sin
más control que el descontrol, los propietarios de las naves
ubicadas en los cuatro polígonos se enfrentan alguna década
después, a una regularización total de la zona comercial,
por fin. Hasta el momento 117 de estos propietarios han
manifestado sus intenciones de situarse dentro de la
legalidad. Ya se han otorgado algo más de una decena de
permisos definitivos de apertura y actividad, pero aún resta
un arduo trabajo que la actual Consejería de Fomento ha
afrontado con los arrestos suficientes como para acometer
tamaña actuación.
No ha habido con anterioridad, al parecer, exceso de
voluntad desde la administración por legalizar una situación
que comenzaba a sobrepasar los límites establecidos en la
teoría del caos. Sin embargo, ahora sí se ha cogido el ‘toro
por los cuernos’. Aún así, treinta y dos supuestos
propietarios de otras tantas naves no han hecho ni el
intento por regularizarse. Son precisamente aquellas cuya
actividad son las más nocivas y peligrosas; la mayoría de
ellas se dedica al negocio del caucho, al ‘bussiness’ de los
neumáticos y, probablemente, el hecho de no intentar si
quiera la regularización pudiera estar relacionado
directamente con la ilegalidad total y absoluta de la
presunta propiedad.
Hay que valorar en su justa medida el trabajo de los
propietarios deseosos de encontrar una salida legalizada a
sus negocios, igualmente la mediación de la Cámara de
Comercio de Ceuta que ha contribuido a la fluidez de
relaciones entre propietarios y administración. Aún así es
necesario que el esfuerzo de la Consejería de Fomento
continúe y llegue hasta el final, hasta las últimas
consecuencias. Se prevé que a decenas de naves le será
clausurada la actividad que ahora ejercen.
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