De nuevo en el Centro Ceutí de
Diálisis, según se puede deducir de la información que
facilitó ayer nuestro diario, se presentan problemas, o
mejor dicho, entre su personal por la inseguridad de
continuidad en sus puestos de trabajo y, de no ser así, por
el mantenimiento de su antigüedad en la empresa (algunos
empleados llevan mas de 27 años prestando servicios en el
mismo). Cunde, pues, la inquietud ante su futuro por una
parte, aunque, por otra, según se desprende de la
información referida, en principio existe la promesa verbal
del INGESA de que se les contratará por la nueva empresa
Fresenius Medical Care, que se hará cargo de la atención a
enfermos con insuficiencias renales severas y crónicas,
aunque, en ningún momento, se ha asegurado el mantenimiento
de la antigüedad del personal. Es decir: el Centro Ceutí
desaparece y ninguno de los organismos que forman parte del
patronato de dirección de esta fundación, creada ex profeso
para atender las necesidades o como terapia sustitutiva para
la supervivencia de esta clase de enfermos, según tenemos
entendido la propia Ciudad de Ceuta, Caja de Madrid y Mutua
de Accidentes de Ceuta, quiere saber nada de su personal.
Si, como se anunció en su día, por parte del Instituto de
Gestión Sanitaria “se intentará garantizar la continuidad de
los empleados en el caso de que se adjudique el contrato de
servicio a otra empresa distinta de la que actualmente se
hace cargo del mismo, mostrando su solidaridad y apoyo a
este personal en sus justas reivindicaciones”, es llegado el
momento, pensamos, de que el propio INGESA, como
adjudicatario de los servicios que se venían prestando, sea
quien con mas ahínco o diligencia deba defender los
inalienables derechos adquiridos por los empleados y recabar
la colaboración de la Ciudad, de Caja de Madrid y de la
Mutua de Ceuta, entidades que como corporación o consejo
vienen ejerciendo funciones rectoras, asesoras o de
vigilancia de la fundación, para que se atiendan sus justas
demandas y no sean vean, de la noche a la mañana, sin empleo
o, caso de que sean absorbidos por la nueva empresa
adjudicataria de los servicios citados, sujetos a las
inquietudes propias de quien se siente recién llegado, sin
derechos sociales propios derivados de la antigüedad
adquirida en su antiguo empleo o, en su caso, la
indemnización que a cualquier empleado corresponde por cese
de la actividad de la empresa donde presten sus servicios.
Decíamos en anterior comentario al respecto, que existen
antecedentes de integración a la Seguridad Social de otro
personal como el de Cruz Roja (que tampoco se trataba de una
empresa pública sino de una institución de similares
características que la que hoy nos ocupa) cuestión que
hubiera solucionado el problema de estos empleados pero, por
las circunstancias de no haberse querido incorporar esta
especialidad terapéutica al nuevo Hospital de la Seguridad
Social que se viene construyendo, se hace imposible atender
esta demanda lo que no debe ser óbice para que se resuelva
por quienes corresponde el percibo de la indemnización que
pertenece a los trabajadores del Centro Ceutí de Diálisis
caso de que se les asigne empleo en la nueva empresa
adjudicataria de los servicios como ha prometido, y ello no
lo ponemos en duda, la dirección del INGESA en Ceuta.
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