Que el tenis es un deporte que cada vez tiene mas tirón, es
un hecho que ya no sorprende a nadie. Del mismo modo, que
instituciones y empresas privadas se involucren en fomentar
esta actividad ya ha dejado de ser un fenómeno poco común.
De este modo nacía la primera edición del Trofeo Morlaco,
organizado conjutnamente por la Federación de Tenis de Ceuta
y el Club de Tenis de la ciudad.
Lo que en su germen se había planteado como un torneo con
cuatro categorías (benjamín, alevín, infantil y cadete) en
cada cuadro, tuvo que transformarse a causa del escaso
número de inscritos. Para solucionar esta situación, la
organización dedidió unificar a todas las participantes en
un único cuadro, así como a eliminar la competición benjamín
masculina. El objetivo era claro: que todos pudieran jugar
aunque tuvieran que medirse con chicos algo más mayores.
La competición comenzó con el cuadro femenino. Desde la
primera ronda dos jugadoras, Olga Parres y Ana Blanco, se
impusieron con relativa comodidad a sus respectivas rivles,
platándose en la gran final sin apenas oposición. En el
decisivo encuentro, Parres no quiso dar opciones a su
adversaria y se impuso claramente por un doble 6-0.
En el cuadro cadete masculino Luis Fernández-Cid se hizo sin
problemas con el triunfo, imponiendo su mejor juego sobre
todos sus rivales en un choque tras otro. Precisamente, el
último y definitivo partido se convirtió en una lucha
fraticida entre los dos hermanos Fernández-Cid, Luis y
Alejandro. Al final, se impuso la diferencia de edad entre
ambos (dos años) y Luis se llevó el trofeo con un marcador
de 6-2 y 6-1.
A pesar de todo, el menor de los Fernández-Cid no se fue de
vacío al imponerse en la categoría infantil después de
vencer con gran rotundidad a Alejandro Valera en la final
por 6-0 y 6-1.
La victoria en la categoría alevín fue para Pablo Martín
después de ganar en la gran final a Antonio López por 6-2 y
6-3. Martín demostró sobradamente ser el jugador más
completo del cuadro y ya puede presumir de trofeo.
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