Con la primavera a la vuelta de la esquina, además de
florecer las plantas, florecen los problemas para quienes
sufren algún tipo de alergia. Todos los años por estas
fechas los medios de comunicación gastamos litros de tinta
hablando de la cantidad y de la evolución del polen, de los
problemas más comunes, de los grupos de mayor riesgo, de
posibles remedios, o simplemente de lo mal que lo están
pasando quienes sufren estas molestias. Este año no podía
ser menos, y más con el adelanto que están experimentando la
floración y la actividad polinizadora de la vida vegetal,
debida en buena parte al archinombrado cambio climático y a
la sequedad de los últimos años.
La posición geográfica de Ceuta es especial también para el
polen. Los vientos traen polenes de ambos lados del
Estrecho, por lo que se genera una variedad polínica muy
diversa, con muchas especies ocupando el aire de los
ceutíes. De esta forma, las variedades que suelen sufrirse
más en Ceuta son el olivo y la parietaria, popularmente
conocida como ‘pegajosa’, aunque también abundan el plátano
de sombra, el pino, y otras especies abundantes tanto en la
península como en el Norte de África, de climas muy
similares.
Otro problema distinto es la elevada presencia de ácaros,
especie que tienen una presencia de tipo perenne, es decir,
existente durante todo el año, pero que con la llegada de
los primeros calores propios de la primavera, se multiplica
su población y con ella los problemas para quienes sufren de
alergia a estos organismos.
De momento la cantidad de polen permanece dentro de los
parámetros normales para esta época del año, incluso puede
hablarse de un contenido polínico del aire “no
excesivo”,pero los alergólogos estiman que debido a la
escasez de lluvias y a las recientes repoblaciones llevadas
a cabo en los montes en torno a la ciudad, es muy posible
que en pocos días se aprecie un aumento considerable.
Este aumento, además, se verá complicado con la volatilidad
del polen, que debido a su sequedad será bastante alta, por
lo que en su desplazamiento será más sencillo que llegue a
sitios cerrados o a cotas elevadas, ocasionando más de un
disgusto a quienes sufran alergias.
En cuanto a la situación actual en la península ibérica, por
estas fechas comienza la estación polínica del plátano de
sombra, pero por el momento se están detectando niveles
bajos en el sur de la península ibérica. Esta especie tiene
una floración rápida y muy intensa, por lo que se espera que
en los próximos días aumente considerablemente la
concentración de este polen en la mitad centro-sur. Por lo
que se refiere al pino, de momento aparecen concentraciones
altas en el norte y en Baleares, que comparte protagonismo
con fresnos, chopos, olmos, sauces mercularis y gramíneas,
aunque todas estas últimas especies todavía aparecen en
niveles medios o bajos de concentración.
Un informe semanal elaborado por la Red Española de
Aerobiología (REA) recogía a mediados de febrero que las
concentraciones polínicas eran más bajas de lo previsto,
debido a las condiciones meteorológicas reinantes, con
temperaturas muy bajas, lluvias y nevadas en numerosos
puntos del país. Esta meteorología es la que más favorece a
quienes sufren de alergias. Según este organismo, con sede
en Córdoba, este año han sido especialmente inferiores los
niveles polínicos de ciprés, que se encuentra en floración
en gran parte del territorio en esta época del año. Los
niveles de ciprés se han mantenido bajos en todo el país, a
excepción de Jaén y Granada, donde “puntualmente llegaron a
ser moderados”, se afirma.
La última entrega de la REA reflejaba asimismo que la costa
de Granada registró nuevamente concentraciones polínicas
moderadas de ortigas-parietaria. Además, si bien con niveles
polínicos bajos en general, en el sureste del país se
detectaron de forma frecuente granos de polen de artemisa.
Estas concentreaciones polínicas de ciprés en el aire, con
todo, han empezado a disminuir en la mayor parte de la
península, excepto en Castilla y León, donde están
alcanzando niveles medios. A pesar de este descenso, aun se
detectan concentraciones altas en la costa mediterránea,
Baleares y el sur de la península. Las concentraciones
polínicas de ortigas también han sufrido un descenso
generalizado, aunque permanecen altas en la costa andaluza y
en Vigo.
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