La visita de la ministra de la
Vivienda, María Antonia Trujillo es la segunda que realiza a
Ceuta en el marco de la cooperación Ciudad-Estado en el
ámbito de las actuaciones destinadas a la promoción de
vivienda pública.
En esta ocasión, el impulso de la construcción de 600
viviendas vinculadas al alquiler en Ceuta, la remodelación
final de las ubicadas en la barriada de Juan Carlos I, la
visita a las viviendas del Europan en el Monte Hacho ahora
en construcción, más la de Loma Colmenar donde en los
terrenos del SEPES se edificarán 1.800 VPO, forman parte del
grueso de la agenda prevista para la visita ministerial a la
Ciudad Autónoma a la que se sumará un encuentro con el
delegado del Gobierno, una mínima reunión con el presidente
de Ceuta de diez minutos, un paseo por las calles de la
ciudad realizado ayer y un acto político en la sede del PSOE
antes de partir hoy mismo hacia la península.
Fundamentalmente el principal handicap de Ceuta es la falta
de suelo, con el obstáculo añadido de la dificultad -por su
pasmosa lentitud- de los convenios con Defensa para agilizar
las diferentes promociones de vivienda pública necesaria que
palíen el abrumador déficit existente en la ciudad.
Es pues, la vivienda, la asignatura permanente de Ceuta
aunque podríamos añadirle el complemento de ‘pendiente’.
Sólo liberando suelo para éstas puede acometerse el plan
sobre el Príncipe Alfonso, por ejemplo. Antes de derruir hay
que realojar, y esta es una lección que habrá aprendido el
Estado en relación a la actuación sobre Sidi Embarek,
Serrallo y Tejar de Ingenieros del Ministerio de Defensa
para su futura Base Única por la que la Ciudad Autónoma tuvo
que realojar, casi de improviso, a más de 70 familias.
Viviendas de alquiler, viviendas para jóvenes, viviendas de
protección oficial y hasta de precio tasado... la misma
problemática general que en cualquier otra región. La
diferencia, por el momento, radica en que Ceuta no dispone
de las competencias en Urbanismo.
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