Hace unos días, José Luis Coll,
nos dijo adiós para irse, con toda seguridad al cielo, donde
como él decía tendría la mala suerte de ir a parar.
Tip y Coll, formaron una de las parejas humorísticas más
aplaudidas de este país durante tres décadas. No sólo
fueron, durante treinta años, la pareja humorística más
admirada y aplaudida sino que crearon escuela de la que más
tarde bebieron, otras parejas humorísticas como Martes y
Trece, cosa que ha reconocido el mismo Chema.
El humor de esta sin par pareja, era un humor surrealista,
estrafalario y absurdo pero, a la vez, era un humor único,
inteligente y muy personal basado en un profundo
conocimiento de la lengua española. Quizás la culpa de ese
gran conocimiento de nuestro idioma la tuviese su mentor el
hombre que les hizo establecerse en Madrid ,César González
Ruano, ese pedazo de maestro del periodismo a quien tanto
admiro.
Esta pareja, insisto, humoristas sin par, jamás tiró para
hacer su humor ni de la chabacanería, ni de las burdas
imitaciones, ni de las palabras soeces y, mucho menos
escoger a alguna víctima de la que mofarse para que el
público se lanzara sus carcajadas. Ellos sólo empleaban el
humor por el humor, no había más en sus actuaciones.
Tip y Coll dos personajes diferentes en el escenario y en la
vida real, donde sus ideas políticas estaban, totalmente,
distanciadas pero que ello no implicaba el que no sintiesen
un gran cariño el uno por el otro. Cariño, además,
convertido en admiración y respeto mutuo. Una gran lección
para todo aquellos que tienen la creencia de que por tener
ideas diferentes hay que considerarlos enemigos.
Coll era un hombre de izquierda y así se manifestaba pero
huyó, en todo momento, de hacer proselitismo. Criticó todo y
a todos denunciando incluso lo ridículo de llevar las cosas
a los extremos de los cuales huía porque los extremismos, en
todos los ordenes de la vida, le parecían algo horrible.
Precisamente tuvieron que anular una gala en Barcelona por
las amenazas de unos extremistas catalanes, al pedir Coll en
una entrevista que las preguntas se las hicieran en
castellano.
Tuve la oportunidad de conocer a esta pareja sin igual,
dentro del mundo del humor, en su visita a nuestra tierra
donde, una vez más, les acompañó le éxito. Recuerdo que, en
una charla con ellos en el hotel, les solicité que en su
actuación incluyeran aquello tan famoso del vaso de agua. Y
tengo que decir que, aunque no la traían programada para
esta gala, la pusieron en escena.
España, para desgracia de todos los españoles, está
perdiendo a su mejores humoristas, Tono, Álvaro de la
Iglesia, Gila, Tip y Coll, precisamente cuando más falta le
hace a nuestro país el tener sentido del humor y saber reír
para evitar el estar, todos los días, con esa cara de
“avinagrados” que se nos ha puesto por culpa de los tiempos
en que vivimos, en los que todos parecemos estar enfadados
con todos ¡Que bonito es reír! ¡Que grande es el humor!.
Una gran pena la perdida de estos humoristas geniales, que
hicieron reír a varias generaciones. Hoy se ha perdido el
sentido del humor y, otros “humoristas”, nos hacen llorar
con sus actuaciones.
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