En la novela de Oscar Wilde
(quizás la mejor escrita en idioma inglés de todos los
tiempos según los historiadores) “El retrato de Dorian Gray”,
se trata de la obsesión de un joven atractivo y exitoso por
mantenerse siempre joven, después de haber sido plasmado
soberbiamente en un lienzo, convirtiéndose sus deseos en
tragedia al darse cuenta de que su petición había sido
escuchada.
No quisiéramos comparar a nadie con Dorian Gray, pues ni la
época ni los acontecimientos tienen parangón con los que
actualmente puedan darse, aunque nos ha venido a la memoria
por aquello de la ausencia del retrato de Antonio Bernal
Roldan en la sede del PP, presidente fundador por aquel
entonces de Alianza Popular en Ceuta, posteriormente
reconvertido en Partido Popular, con Adolfo Espí Valero,
Rafael Sánchez de Nogués, Carlos Guerrero Gallego y otros
que no sería muy difícil de enumerar, por la escasez de los
mismos, pues por aquel entonces imperaba en la política
nacional la Unión del Centro Democrático a la que la mayoría
de los hoy pertenecientes al Partido Popular estaban
afiliados.
Eran los tiempos de los siete diputados en el Congreso
Nacional y había que estar muy convencido de pertenecer a un
partido de derechas cuando, como hemos dicho, se quería
implantar, y de hecho se consiguió, una entidad de “centro”
que aglutinara a quienes de tendencia tanto de derechas como
de izquierdas se habían comprometido con la política activa.
O sea entre sus militantes no existía una clara inclinación
política Y, claro, así resultó ser: la desaparición de esta
sigla y, consiguientemente, la disgregación de sus
militantes, unos hacia el PDP, otros hacia AP y, los menos,
hacia el PSOE.
Por eso pensamos, ahora que se viene hablando de la falta en
la sede del P.P. -cuando se han colgado los de los otros
presidentes que han sido del partido- que debe ocupar su
lugar de honor el retrato de Antonio Bernal y no podemos por
menos que reconocerle sus méritos por ser el primer
presidente de A.P. en Ceuta y, por ende, como predecesor de
los que, con posterioridad, han venido o vienen desempeñando
este cargo en la entidad política. Y como Dorian Gray, pero
con intereses meramente filantrópicos, merece que se
perpetúe su retrato, joven y lleno de sana ambición de
servicio a los demás y de entrega en pro de una España que
empezaba una nueva etapa política y que él, con unos cuantos
ceutíes de las mismas intenciones, siguiendo las directrices
de don Manuel Fraga Iribarne (a quien nadie creemos que le
discuta la presidencia de honor, su lugar preferente en
actos que se organicen y su fotografía en la sede de la
calle Génova) determinaron fundar Alianza Popular, precursor
del Partido Popular en Ceuta, hoy situado en la mas alta
cima de sus preferencias por el electorado de la Ciudad.
|