Luis Alejandre Sintes (Mahón, 1945) tiene a sus espaldas
una brillante carrera militar, desde que en 1959 ingresara
en la Academia General Militar de Zaragoza, hasta que en
2004, con el empleo de General del Ejército, cesase como
Jefe del Estado Mayor. De sus hoja de servicios destacan
ocho años en unidades paracaidistas, cuatro en distintas
misiones de paz y dos en la Escuela de Guerra de París. Ha
sido director de la Academia de Infantería de Toledo,
director general del Gabinete Técnico del Ministro de
Defensa y Capitán General de la Región Pirenaica con sede en
Barcelona.
Entre sus numerosas condecoraciones destacan las obtenidas
por operaciones en el exterior: Medallas de Naciones Unidas,
Medalla Camilo Ortega al valor concedida por Nicaragua,
Medalla do Pacificador de Brasil, Oficial de la Legión de
Honor de Francia o la Cruz de la Victoria del Ejército de
Chile son algunas de ellas.
Tras la exitosa presentación del ensayo en Barcelona y en
Mardrid, viene a Ceuta a presentarlo. ¿Qué nos cuenta en
este libro?
El libro trata de recuperar y reavivar la historia de 1.500
españoles que a finales del siglo XIX salen en una
instrucción hacia Manila, aliados con Francia inicialmente,
para clasificar la persecución que sufren los misioneros
españoles y franceses, debido a la muerte violenta de un
obispo español asturiano, José Manuel Díaz Sanjurjo. España
va de buena fe, aporta sus base logística de Manila, y
Francia lleva una finalidad que es implantarse en el Extremo
Oriente. Todo ello se lleva a cabo sin ser conscientes del
nuevo orden mundial que se establa planteando: las
consecuencias de la revolución industrial inglesa, la
situación de China como potencial proveedor de materias
primas y Francia, aprovechando la alianza existente entre
las dos casas reinantes, hace que nos embarquemos.
Mientras se debatían conflictos internos y luchas
partidistas, efectuaban un abandono del coronel Palanca y
sus hombres en Cochinchina, que son los protagonistas de la
historia. Palanca se encuentra una situación dramática, ya
que no se reponen las bajas ni se envían suministros ni
dinero.
¿Cuál es el fin de su publicación?
La historia pretende contar el relato físico de lo que son
cinco años de relaciones en un territorio muy complejo
cercano a Filipinas y ver cómo se maneja el conflicto desde
Madrid y París. En el fondo es ver cómo se encuentran las
cancillerías, cómo sufre la gente sobre el terreno y qué
sacamos en limpio.
Es usted un gran aficionado a la historia, ¿de dónde
proviene esta afición?
Me gusta mucho la historia, y esta afición me viene del
ambiente familiar: mi padre me inyecta desde muy joven la
afición. Las misiones militares son un tema sobre el que he
dado cien conferencias y siempre he tenido la inquietud por
saber qué órdenes de operaciones ha tenido la gente o qué
intendencias llevaban mis compañeros de armas de hace un
siglo. Así, surgió la oportunidad de que el editor confiara
en mí e intenté rescatar las expediciones militares y su
logística. Ahora estoy trabajando en un segundo libro sobre
el General Prim en otra expedición, también con Francia y
con Inglaterra, en la que aportamos un contingente.
¿Hay algún dato destacable?
Como dato relevante se puede decir que cuando terminaba con
el libro, que finaliza en el año 1863 diciendo que los
españoles evacuaban la última ciudad al sur de Saigon, que
se llama Cocó, me enteré a través de otro libro de que se
había viajado, en plena guerra norteamericana, a Vietnam. En
España se desconocía que Franco hubiera mandado un
contingente militar. Existen una cartas cruzadas entre
Franco y el Presidente Jhonson, y la presión americana hacia
el Gobierno español para intervenir hace que en lugar de
mandar tropas, se mandara un contingente de veinte médicos,
que no sabían que había habido españoles un siglo antes en
aquellas tierras lejanas.
La casualidad histórica hace que ellos desconocieran que
había habido españoles allí cien años antes”.
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Un militar con un historial impecable
Además de las condecoraciones
anteriomente citadas, el General Luis Alejandre Sintes,
posee las grandes Cruces españolas de San Hermenejildo, al
mérito Militar y Naval, la Medalla al Mérito en plata de la
Guardia Civil, la del Mérito Policial y la Encomienda de la
Orden de Isabel la Católica. Menos conocido es su vivo y
constante interés por la historia y la conservación del
patrimonio histórico.
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