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sociedad - JUEVES, 8 DE MARZO DE 2007


El doctor Azzuz Hakim. ÓSCAR.

JORNADAS / encuentro
 

“Hay que encontrar
espacios comunes en lugar
de hablar de enfrentamiento”

El Centro Cultural ‘Lerchundi’ de Martil organizó anteayer en La Casa de la Cultura de Tetuán un acto de hermanamiento y memoria entre ambas orillas del Mediterráneo
 

TETUÁN
Oscar Varela

oscarvarela
@elpueblodeceuta.com

La Casa de la Cultura de Tetuán acogió en la tarde de ayer la presentación del documental “Toledo y Alejandría, faros de la Humanidad”. Esta iniciativa de las fundaciones ‘Pangea’ y ‘Ciudadanos del Mundo’, y de la UNED, se presentó ante la clase cultural tetuaní en un acto organizado por el Centro Cultural ‘Lerchundi’, de Martil. A la sesión acudieron , además de los participantes en el coloquio, una representación de la Universidad Abdelmalek y de la vida política de la ciudad marroquí, entre ellos Khadiya Saidi, vicedecana de investigación y relaciones exteriores de la universidad tetuaní, el vicedecano y el vicerrector de la facultad de Ciencias, y el concejal Mohamed Karrichi. La representación española también fue nutrida, asistieron los profesores de la UNED en Ceuta Fernando Jover y Enrique Ávila, además de Francisco Jiménez Maldonado, director del Centro Cultural Lerchundi, de Martil, órgano que organizaba el evento, además de la representante del Consulado español en Tetuán.

Los invitados a la presentación destacaron la necesidad de generar un ambiente propicio para para el diálogo entre las dos orillas del Mediterráneo. Éste espíritu conciliador empapó no sólo las exposiciones de los invitados, sino toda la velada, que se dejó arrastrar inspirada en la vocación de la cinta que se presentaba, conciliar y unir.

‘Toledo y Alejandría, faros de la Humanidad’ es un documental que profundiza en la labor de conocimiento que se desarrolló en estos dos focos culturales del Mediterráneo, que pese a la distancia entre ambos en espacio y tiempo ( entre el cénit cultural de las urbes egipcia y castellana median cerca de 1.200 años) su ejercicio coincide al aunar las culturas que conformaron el pilar de la que hoy llamamos ‘cultura occidental’: el helenismo oriental y su recuperación y transmisión a Europa occidental a través de la traducción de los textos árabes, en el Toledo del siglo XI.

Los representantes de las organizaciones que han hecho posible el documental: Carmen Sánchez, de Fundación Pangea; Alicia Berrachina, de Ciudadanos del Mundo, y la doctora Aurora Marquina Espinosa, profesora titular de la facultad de filosofía de la UNED, estuvieron de acuerdo en que “no se puede comprender el desarrollo de una nación por sí sola, sino por sus intercambios con otras”, de ahí la importancia del diálogo y de “la recuperación de la memoria” para encauzar el pasado común, y generar nuevos lazos que se han perdido por el caprichoso correr del tiempo

Los asistentes pudimos disfrutar aprendiendo con la profunda humanidad del doctor Azzuz Hakim, historiador e hispanista, que deleitó en su defensa de la hermandad hispano-marroquí y del protectorado español, “si el protectorado francés -afirmó- lo hizo bien en lo material, en lo moral hizo mucho más el español”. Por su erudición y amenidad, la exposición del renacimiento andalusí bajo el protectorado de Tetuán y de la cultura común en los dos lados del “estrechísimo”, encandiló a la sala.

Por su parte, Jacob Hachuel Abecafis, representante de la Comunidad Sefardí del Norte de África, recordó el importante papel que cumplió esta comunidad en esta transmisión de saberes. No en vano, fueron traductores hebreos, conocedores de ambas lenguas, árabe y romance, quienes trasvasaron de una a otra los textos recopilados por la sabiduría musulmana, que una vez convertidos al Latín circularon por toda Europa. A la ciudad del Tajo llegaban estudiosos de todos los puntos del continente, de forma que materias como la Botánica, la Filosofía aristotélica, la Matemática o la Medicina, no habrían entrado en el cuadro intelectual europeo de no ser por estos traductores toledanos, nexo fundamental entre ambos mundos enfrentados entonces, y vehículo privilegiado de ese “viaje de la memoria por todo el Mediterráneo”, en palabras de la profesora de la UNED, Aurora Marquina.

“Reconocer” al vecino

Por otra parte, el catedrático Francisco Álvarez Álvarez, vicerrector de Relaciones Internacionales e Institucionales de la UNED, encargado de clausurar el encuentro, destacó “la importancia de encontrar espacios comunes en lugar de hablar de tanto enfrentamiento entre civilizaciones”, y lanzó la idea de crear un espacio común más allá del “espacio europeo de conocimiento, que no puede entenderse sin la orilla sur del mediterráneo”. El vicerrector reconoció que en este sentido “nos queda mucho camino por recorrer y mucho trabajo por hacer y transmitir”, ante lo que agradeció iniciativas como las de las fundaciones que han participado en la creación del documental.

Quienes pudimos asistir a este acto de conciliación, ponentes o no, al término de la proyección sentíamos nuestra esta necesidad de conocer, de ‘reconocer’, a quien tan cercano ha estado siempre y hoy está tan lejano, separado por barreras que son más insalvables que brazos de mar o cordilleras, como son el moderno estado nacionalista, los acontecimientos políticos, y otros problemas ajenos a quienes son, como lo han sido durante siglos, los verdaderos protagonistas del viaje del saber, de las relaciones, y finalmente de la memoria, los seres humanos.
 

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