La rehabilitación de la sinagoga de Bet-El ha alcanzado su
fase final con la adecuación de la fachada. El objetivo es
concluir la obra en un plazo máximo de un mes. Los últimos
remates en el interior y la puesta a punto de la zona
externa darán pie a una posible inauguración a lo largo de
abril, después de un año de trabajos de adecentamiento. La
previsión del presidente de la comunidad judía de la Ciudad
Autónoma, José Bentolila, es presentar, en próximas semanas,
la nueva cara del inmueble religioso.
El retraso en la finalización de las obras se produjo por
los trabajos de impermeabilidad en la azotea. Labor
especialmente compleja porque el edificio aquejaba de un
gran número de goteras. La conclusión de la zona superior de
la sinagoga sirvió para dar un empujón al proyecto tras
renovar los servicios y los paramentos.
La rehabilitación de la sinagoga de Bet-El estaba previsto
que culminase a primeros de marzo, tal como estipula el
convenio que la comunidad judía mantiene con la Ciudad
Autónoma. Sin embargo, la remodelación de la fachada ha
ralentizado los trabajos que arrancaron en el mes de mayo y
que suponen la primera obra de importancia desde que se
levantase el edificio hace más de treinta años.
Espacio de encuentro
La conclusión de la reforma servirá para impulsar la
creación de un espacio cultural, dentro de la sinagoga, en
el que se realizarán encuentros entre miembros de las cuatro
culturas de la ciudad. La renovación de la sinagoga aportará
un espacio de encuentro cultural. Tal como señala Bentolila,
se ha habilitado una habitación para que, en próximos meses,
se desarrollen reuniones y charlas de diversos temas
artísticos.
En sí, se han realizado labores de actualización en varias
zonas de la planta primera y segunda que llevaban si
arreglarse “desde su construcción salvo pequeñas obras”,
apunta Bentolila. Trabajos básicos de electricidad y
fontanería han impulsado la mejora del aspecto interno y de
la seguridad del inmueble.
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