El Patrullero-Cañonero ‘Cándido Pérez’ ha abandonado sus
tareas rutinarias de vigilancia de las aguas
jurisdiccionales españolas en el área del Estrecho para
centrarse, tras la activación el 14 de febrero del nivel 2
de alerta Antiterrorista, en la vigilancia de las costas
ceutíes. El barco tiene 36 metros de eslora, manga de casi
seis metros, un calado de dos metros, velocidad económica de
17 nudos y una máxima sostenida de 23,5 nudos.
La misión que tiene la Armada en Ceuta es colaborar
íntegramente con el Ejército de Tierra y apoyar en la
defensa de la ciudad. El Ejército de Tierra apoya con sus
medios materiales toda la parte concerniente al perímetro
terrestre y la Armada le apoya, junto con la Guardia Civil y
la Guardia Civil del Mar, en misiones más complejas para
completar el perímetro de Ceuta.
La Comandancia de Marina solicita a su autoridad superior
que le designe todos los meses un barco que apoye a otro que
tienen aquí, porque con un barco podrían producirse
diferentes problemas, como averías. Todos los meses llega un
barco diferente en los primeros del mes y todos los días se
hace una patrulla, de seis a ocho horas, que puede ser
nocturna o diurna. Diariamente, patrullan por toda la zona,
llegando a acercarse hasta la isla de Perejil, sin
introducirse, porque existe un convenio que se lo impide, y
se observa todo el mar dentro de unos límites que no son muy
grandes.
Aunque los límites no son muy amplios, lo son lo suficiente
para que se produzca contrabando, barcos que fondean, que se
dedican a inmigración o a meter droga, y por ello se observa
todo.
La Armada está enlazada con la Guardia Civil, con la
Autoridad Portuaria, con Salvamento Marítimo y con el
Ejército de Tierra, a través de unos equipos cifrados que se
llaman ‘secráfonos’ .
Cuando el barco llega por la tarde, hace un informe y
alerta, por ejemplo, de avistamientos marroquíes, que pasan
continuamente por la zona norte, entonces se lleva a cabo un
seguimiento y, si están haciendo un paso libre o de
tránsito, no hay ningún problema; otra cuestión es que se
encuentren fondeando en nuestras aguas.
La misión de estos barcos es proteger a la ciudad y ayudar
al Ejército de Tierra para portarles todas las informaciones
que puedan. Existe un centro de observación en la Armada,
que, con la ayuda desde el Monte Hacho, de un observador en
tierra, y los datos que proporciona Inteligencia, se
completa la información necesaria para llevar a cabo esta
misión diaria.
La cuestión es que siempre hay dos barcos de guerra
protegiendo las aguas. También poseen una numeración de
barcos sospechosos que comprueban diariamente. Se trata de
una misión de inteligencia y de seguridad. Además, hay unas
normas de tratamiento establecidas que deben cumplir, como
por ejemplo, que no se puede disparar o la solicitud de
permisos para distintas acciones.
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Acciones en favor de la Paz
Desde julio de 1992, buques
españoles participan en el mar Adriático en las operaciones
de vigilancia del embargo impuesto por las Naciones Unidas a
los territorios de la Antigua Yugoslavia. Esta participación
se canaliza a través de la contribución de la Armada a la
Fuerza Naval Permanente de la OTAN en el Mediterráneo y de
la Fuerza Marítima de Contingencia de la UEO.
Asimismo, oficiales de la Armada han formado parte de las
misiones de Naciones Unidas en Centroamérica, Angola,
Mozambique o Guatemala.
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