Como si de una autopista se tratara, el Gobierno ha
modificado las rutas del Estrecho de Gibraltar y ha ordenado
la reducción de la velocidad de los buques para proteger a
los cetáceos. Más concretamente, el Instituto Hidrográfico
de la Marina lo ha declarado como “zona crítica” por la
presencia de estos animales. Por lo tanto, los buques y
transbordadores no podrán circular “a más de 13 nudos”,
velocidad avalada por la comunidad científica como la más
segura para la supervivencia de los cetáceos. A ésto se suma
el Real Decreto promovido desde el Ministerio de Ambiente
sobre la protección de cetáceos, en el que la asociación
ecologista ‘Septem Nostra’ ha participado activamente.
“Creo que está muy bien, bastante completo, ya era hora”,
indica uno de sus miembros, Álvaro García, “es un Real
Decreto en el que hemos trabajado intensamente, enviamos
informes y asistimos a reuniones anuales para denunciar los
casos de varamientos registrados en el Estrecho”. No
obstante, la preocupación del colectivo se centra ahora en
la necesidad de una vigilancia exhaustiva para que se cumpla
la Ley que tanto trabajo ha costado ratificar. La ausencia
de animales varados en la costa ha sido y es una constante
en ambas costas del Estrecho de Gibraltar, sobre todo,
“animales petroleados”.
“Se llegó a la conclusión de que era un problema importante.
Y a raíz del encallamiento del Sierra Nava hemos encontrado
animales petroleados y hemos registrado varias muertes de
calderones en el otro lado del Estrecho. Entonces,
entendemos que está muy bien que los petroleros tengan que
reducir su marcha, no se puedan acercar a los cetáceos, pero
estaría mucho mejor si se supiera qué efectivos controlarán
ésto”, añadió García. El año pasado se certificaron
numerosas muertes de tortugas fundamentalmente. Además, el
encallamiento del Sierra Navas ha provocado el fallecimiento
de varios cetáceos, entre ellos, dos delfines. Ahora los
buques no podrán acercarse a menos de 60 metros y deberán
desviarse de su ruta si los avistan. La conclusión es “muy
positiva” para los ecologistas.
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