La ampliación de los nichos del cementerio de Santa Catalina
y Sidi Embarek genera polémica. Un antiguo trabajador de las
instalaciones mostró su indignación a este medio por lo que
considera un “incumplimiento” de la empresa adjudicataria,
Mármoles Troyano, para la colocación de 1.056 lápidas.
Antonio Moreno ha dirigido varios escritos a la
administración ceutí. En ellos, refleja su preocupación por
un hecho que considera “injusto”. Este antiguo trabajador
del cementerio tenía un taller en el que confeccionaba
lápidas. En el periodo comprendido entre 1998 y 2004, este
marmolero optó a numerosos proyectos financiados por la
Ciudad Autónoma.
En 2006, el Boletín Oficial de la Ciudad Autónoma publicaba
una “jugosa oferta pública” para la colocación de 1.056
lapidas. “Las condiciones eran muy concretas, la empresa se
comprometió a realizar el cien por cien del trabajo en un
periodo de dos meses. Pues bien en este tiempo han colocado
menos de 180. A este ritmo tardarán más de un año en
terminar y la Ley de contratación es clara, si se incumplen
los plazos la Administración debe actuar”, apunta Moreno.
Este trabajador cree, además, que existe “trato de favor” a
Mármoles Troyano puesto que el encargado y supervisor de
estas operaciones en el cementerio es familiar del titular
de la empresa adjudicataria. “En el periodo 1998-2004
también tuvieron un contrato con la Ciudad para la
colocación de 300 lápidas y sus correspondientes floreros.
Los familiares venían a mi taller porque el trabajo no
estaba hecho. Sin embargo, ningún responsable de la
administración ha investigado el tema”, añadió. Antonio
Moreno fue sepulturero en 1998 y conoce a la perfección su
oficio. “El encargado del cementerio justifica la demora de
los trabajos con el hecho de sólo se pueden hacer 4
exhumaciones diarias. Cuando yo era sepulturero hacíamos 12
diarias con el mismo personal”.
|