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La actividad política en Ceuta, la
de partidos, comienza a elevar sus revoluciones a medida que
la cita con las urnas se aproxima.
A falta de sólo un trimestre escaso para el examen ante los
ciudadanos las formaciones toman posiciones de salida ante
la inminente carrera electoral que se avecina.
Los partidos llamados localistas que ya han asegurado su
participación en tan particular escenario se han vestido de
gala en sus respectivas presentaciones. El PSPC ajustándose
al horario de los numerosos actos desarrollados a última
hora de ayer, fue el último en aparecer en escena. Antes la
UDCE-IU de Mohamed Alí y de Mussa, con Aberchán de visitante
de excepción, volvieron a marcar su ‘territorio’ de cara a
las autonómicas de mayo.
Mensajes, apuestas y los tradicionales e incluso recurrentes
mismos argumentos entre los aspirantes a ocupar la
responsabilidad del gobierno de la Ciudad Autónoma, no han
hecho más que comenzar a sonar cual martillo pilón
procurando entre los medios el mejor lugar o el mayor número
de segundos o minutos para transmitir las ideas.
Entre tanto, la ciudadanía anda muy mosqueada con el
excarcelamiento del asesino reconocido y confeso Iñaki de
Juana Chaos. Un ex ertzaina de padres militares que no tuvo
piedad con los 25 españoles a los que asesinó a sangre fría
en la década de los 80. Hoy, para vergüenza de un sistema
blando e incapaz de hacerse respetar, este vil elemento está
libre. Libre sin que se haya podido atestiguar su
arrepentimiento, sino todo lo contrario. De Juana y ETA y su
entorno batasuno han echado un pulso al estado de derecho y
lo han ganado.
Los jueces no hacen las leyes sólo las aplican, las leyes la
hacen los políticos y los fiscales son los que aprietan o no
el acelerador de la presión penal. La Fiscalía conecta
umbilicalmente al poder Juidicial con el Ejecutivo para
fortuna, en este caso de De Juana y los asesinos de ETA.
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OPINIÓN / EDITORIAL
