Gritaban los periodistas al ex
Alcalde de Marbella en su salida de ayer del Hospital de
Jaén. Porque Julián Muñoz, con problemas
cardiorrespiratorios, operado, con riesgo de trombo y
terriblemente enflaquecido fue dado de alta. Lógico y
natural. No ha asesinado a veinticinco criaturas ni cumplido
dieciocho años de cárcel por ellos, es decir a meses, por
muerto. Tampoco Julián ha escrito, desde la inhóspita cárcel
de Jaén, cartas alegrándose y regocijándose por el asesinato
de inocentes como hacía el cabrón de Juana Chaos que, como
es muy chulo, está muy protegido y en España no hay hombres
sino ladillas de entrepierna chusquera, afirma, ufano y
encantado, que no se arrepiente de sus crímenes.
Y los españoles, confusos y doloridos por la jugarreta
abyecta del Gobierno de soltar al asesino múltiple que, nada
más llegar en cómoda ambulancia al País Vasco ha manifestado
que vuelve a comer, todos los ciudadanos de conciencia
violada y criptorquidea (creo que se llama así cuando los
cojones están por dentro y no se ven) diagnosticada, nos
hemos sentido mejores y más personas gritando ante la
pantalla-tonta “¡Ánimo Julián!” Como respuesta a no sabemos
qué, como rebelión ante la arbitrariedad, la poca vergüenza
y la infamia de tratar de vendernos, lo que no es más que
una cobarde bajada de pantalones con la babosería del
“humanitarismo”. Y por cierto ¿Puede desde ahora el Ministro
del Interior soltar a los presos so pretexto de razones
humanitarias y porque “ama la vida”? Pues que bien, ya
sabemos los abogados a quienes dirigirnos, Constitución en
mano y pancarta alusiva al art.14 ese que consagra el
Principio de Igualdad, para que excarcelen de inmediato, con
mimos y zalemas, a nuestros presos enfermos. Eso sí,
nuestros presos nunca alcanzarán el grado de virtuosismo en
el asesinato múltiple que ha alcanzado el cabrón de Juana,
son delincuentes corrientitos, a quienes nunca se les ha
pasado, mayormente, por la cabeza matar a nadie, las manos
limpias de sangre. Y a los no enfermos también, quiero
decir, compañeros letrados, que ya estamos tardando en
decirle a nuestra gente que emprendan una huelga de hambre,
para que les lleven a un buen hospital, puedan darse un
revolcón con sus novias en las camas hospitalarias, no se
cachee a los visitantes, puedan recibir visitas a todas
horas y luego salgan porque, el Ministro Rubalcaba “ama la
vida” y predica el humanitarismo. Para todos señor Ministro
¿eh? Para todos.
De Juana es criminal y ha realizado amenazas terroristas,
vio su pena reducida de doce años a tres, para conformar a
ETA ¿Qué dicen? ¿Qué si los miles de presos de España
deberían apuntarse a ETA para salir en libertad? Pues
supongo que sí, pero no van a querer, porque serán bandidos,
pero, hasta entre los delincuentes hay normas y hay formas y
les puede la honrilla . Como a Julián Muñoz ¡Ánimo Julián!
Al que se puede considerar trajinoso, pero que no ha matado
a nadie y ahí está cumpliendo a pulso un año sin que le
apliquen la condicional y perdiendo kilo tras kilo por una
enfermedad auténtica, que no por una huelga de hambre
prefabricada y manipulada, con fotos metiendo estómago y
lágrimas ministeriales “Amamos la vida” Será la de ustedes,
señores Ministros, que vais con escoltas y bien seguros, que
tenéis sueldazos y privilegios y que os gusta menos un
referéndum que a un talibán un cochinillo, vuestras vidas
son, efectivamente, para “amarlas”, las de los españoles no.
Y la gente ve la movida malaya ¡tan trascendental! Y ve
salir por la otra puerta al asesino y comprendemos que todo
es mentira y todo es montaje. Pero al menos ha quedado claro
que, si queremos indultos, excarcelaciones, grados
penitenciarios o cualquier contencioso judicial, se pasa de
la Justicia y se acude al Ministro del Interior, que es el
que tiene la llave de la celda, el cancerbero mayor del
invento. ¿Qué sentimos? Pena, vergüenza, asco… Así que
¡Ánimo Julián! .
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