Según mis noticias, recogidas de
fuentes fidedignas, la cosa que se prepara por parte del
“Trío los Trincones”, no va tardar muchos días en aparecer.
Vamos, sería capaz de apostar que en menos que canta un
gallo, sino ha surgido algún inconveniente de última hora,
cosas que suele ocurrir en las mejores familias, porque
nadie está libre de que surja algún inconveniente que nos
impida, de momento, llevar a cabo lo que hemos estado
preparando con mimo y, sobre todo, con mucho estudio, para
saber si podemos o no “trincar” lo que habíamos pensado.
Me da la sensación, no extraña, de que en el asunto ese de
“trincar” lo que quieren “trincar o, al menos, lo que se
pensaban, se van a llevar un “chasco” de los que hacen
época. Al parecer según mis noticias, a igual que la
anterior, de fuente fidedigna si tienen que comer de eso que
pensaban “trincar” lo van a tener más difícil que al menda
le toque la primitiva, donde puedo decir que a pesar de
jugar no saco ni uno de los números premiados
El repartidor de los “premios” no está por la labor de
permitir el “trinconeo” de algo que no tiene razón de ser, a
pesar de que uno de sus componentes, el de la huella del aro
pegada en el culo, vaya presumiendo que cuenta con todas las
bendiciones del mundo para poder realizar el “trinconeo”. Un
error presumir de ello puesto que, también de fuentes
fidedignas, no va a contar con ninguna de las bendiciones de
las que presume. Oiga, amigo guarida, que no lo digo yo, eso
de que no va a contar con ninguna de esas bendiciones de las
que presume, porque el de las bendiciones se ha desmarcado
del asunto, con un desmarque al estilo Butragueño en sus
mejores tiempos.
Y es que, hay cosas que están tan claras y se ven venir
desde lejos, que las repercusiones contrarias que pueden
llegarles a quienes traten de ayudarlas les pueden
perjudicar enormemente. Y con unas elecciones a la vuelta de
la esquina, a ver quién es el guapo que le gustaría meter la
patita hasta el corvejón, sabiendo lo que se juega, si a los
contrarios se les pone en bandeja un asunto del “trinconeo”
para poderlo usar en su contra.
Decía la sabia de mía abuela que, en todas las cosas, había
que tener más paciencia que Job y, armado de esa paciencia,
cogías una silla, te sentabas a la puerta de tu casa y
verías pasar el cadáver de tu enemigo. Oiga, no es por nada,
paciente soy una jartá. Cómo seré de paciente que a veces
desespero a mis amigos al tratar algún tema con ellos,
incluso aunque se trate de fútbol. Y por supuesto nada hay
mejor para la paciencia que escuchar música, te relajas un
montón.
Me pongo esa canción que da saltos, en determinados momentos
de la canción y, de nuevo, vuelve a sonar aquello de: “eres
como una “espi...nita” que se me ha clavado en el corazón.
Yo quisiera haberte sido infiel...”
Ya lo decía aquel que, por cierto, no sé quién era: “ No hay
nada más bonito que los “trincones” unidos. Unidos por los
lazos del parné.”. Perdón, ya sé quienes eran los que
cantaban esta canción, no me perdono este olvido, eran los
payasos de la tele pero con otra letra. Gaby, Fofó, Miliki y
Fofito, cuantos nos divirtieron. Lo contrario de los
“Trincones” que nos aburren.
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