El eficaz wali de Tetuán y los responsables de las fuerzas
de seguridad de la ciudad habrán respirado tranquilos, ayer
domingo, a partir de las 5 de la tarde (hora local). Porque
el emotivo reencuentro de la comunidad judía de orígen
sefardí (sobre seiscientas personas venidas de Casablanca,
Tánger, Ceuta, Costa del Sol...) con sus ancestros, en el
viejo cementerio al abrigo del yebel Dersa, con una
espléndida vista sobre la vega de Río Martín, cabo Negro y
la sierra del Gorges y que alberga miles de tumbas hebreas,
se desarrolló con la más absoluta normalidad. A Tetuán
peregrinaron, niños y mayores, a los pies de los restos del
rabino Ytshak Benoualid fallecido en el año 5630... del
calendario judío, no se asuste el lector, equivalente al año
1870 de la era común. Después de la comida -y las canciones-
en las instalaciones del Centro Deportivo y Cultural
Israelita de la ciudad, el rezo en la sinagoga Yagdil Torah
y el paseo por las calles de la antigua mellah para visitar
la casa del rabí Benoualid, cuya restauración fue financiada
por la Junta de Andalucía, se celebró entre contenidas
escenas de emoción por los asistentes, sin el más mínimo
incidente. Eso sí, las estrictas medidas de seguridad, ya
desde la frontera y a lo largo de todo el recorrido, fueron
ostensiblemente palpables. El Reino de Marruecos, muy
sensibilizado en varios sentidos, demostró saber estar a la
altura de la ocasión: los cordones de policías y Fuerzas
Auxiliares se sucedían a lo largo de todo el recorrido.
Atención y acogida que fue calurosamente agradecida por
todos los congregados, muchos de ellos nacidos en la ciudad.
Es un hecho: dentro de los convulsos países áraboislámicos,
Marruecos siempre se esfuerza en marcar la, positiva,
diferencia. Las cosas como son y a cada uno lo suyo.
La seguridad no era para menos, como venimos escribiendo
desde otoño del pasado año y con los acontecimientos,
lamentablemente, dandonos la razón desde enconces. Las
portadas que reproducimos de la prensa marroquí, tanto el
otro lunes como hoy, hablan por sí solas.
Pero fijémonos en algunos detalles, porque el análisis de
los últimos indicios apuntan a un enquistamiento de células
durmientes del letal y amenazante terrorismo islamista en
dos frentes geográficos:
a) En las fronteras al sur del país, fuerzas nada
desdeñables afines al salafismo yihadista intentan organizar
un santuario (similar al de Afganistán), a caballo de las
arenas y las hamadas de Marruecos, Mauritania, Mali y
Argelia. Estos dos últimos países ya han rediseñado, con
ayuda norteamericana, su estrategia antiterrorista ,
reagrupando y rearmando a varios miles de tuareg, los
hombres azules, encuadrados en una Alianza Democrática para
el Cambio, aprestándolos a luchar contra la creciente
insurgencia terrorista de Al Qaïda en el Magreb.
En el Sahara Occidental, Marruecos -si sabe jugar sus
cartas- acaba de encontrar un estimable partenariado
procedente de los servicios de estudio y documentación de la
OTAN, para la que los jóvenes cuadros de la RASD (República
Arabe Saharaui Democrática) y su guerrilla armada, el Frente
Polisario, pudiera estar oscilando hacia el islamismo
radical y el terrorismo.
b) En el norte y durante este mes de febrero, la policía
marroquí ha desarticulado varias células en Tetuán,
Castillejos (martes 13), Mequinéz (miércoles 14) y Tánger,
donde habrían sido interceptados tres activistas procedentes
de Kenitra y en cuyo puerto se han reforzado, notablemente,
los medios de identificación, pues al menos dos terroristas
expertos en explosivos habrían podido colarse en el país
procedentes de la vecina España.
En la misma Ceuta, ¿qué se puede hacer?. Porque la ciudad
avanza hacia una creciente islamización con un importante
componente radical. Solo apuntaría, a bote pronto y
trastocada del rico y puñetero refranero, una esquemática
idea necesitada, naturalmente, de un desarrollo ulterior
pero que en síntesis rezaría: el enemigo de mi enemigo... no
es forzosamente mi amigo. Eso pensó, años ha, Israel con
Hamás respecto a la OLP de la época..... y así le fue. Estoy
seguro que dos personas que tengo en alta estima, personal y
profesionalmente, se quedarán con la copla.
Y para beber y hacer amigos.... San Miguel. Naturalmente.
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