Borrón y cuenta nueva. Eso tendrán que hacer los de Carlos
Orúe, tras un partido donde fueron incapaces de estar a la
altura de un Córdoba que les infringió un severo correctivo.
Los ceutíes, con errores de bulto en la zaga, no
respondieron a las espectativas, y dieron demasiadas
facilidades a los blanquiverdes que no salieron de inicio
con la garra que se les presuponía. Tanto es así, que en los
primeros compases de partido, el conjunto ceutí parecía
hacerse con la manija del partido. Pero eso sería solo un
espejismo. Ayer no era el día.
El primero de la tarde llegó en una acción aislada de los
andaluces desde el costado derecho, en forma de balón
colgado por Guzmán sin aparente peligro, que fue introducido
por Víctor Vía en su propia puerta al intentar cedérselo a
su portero. Primer mazazo.
A pesar del error por el tanto encajado, los de Orúe
parecieron reaccionar creando hasta tres acciones de peligro
consecutivas desde el costado diestro. Acciones que no
fueron suficientes para devolver la igualada.
Y pasó todo lo contrario. De nuevo por la derecha, en un
balón colgado por el propio Guzmán, llegó a Javi Moreno tras
errar Carlocho en el despeje. El valenciano, con una
habilidad pasmosa, bajó la pelota para cruzársela a Basauri
y abrir su cuenta anotadora.
Con el segundo gol en contra los norteafricanos bajaron el
ritmo. Mientras el Córdoba, lejos de conformarse, siguió a
lo suyo buscando sorprender a la defensa visitante con
balones profundos.
En plena pájara del Ceuta, y cuando peor lo estaba pasando,
tuvo la ocasión para meterse en el partido. En un nuevo
fallo defensivo, esta vez del Córdoba, el guardameta
blanquiverde despejó con el puño un balón desde la frontal
que cayó a los pies de un sorprendido Javi Navarro que no
acertó a ponerla entre los tres palos.
Con esa ocasión terminarían las llegadas para los de Orúe en
un primer periodo en el que el Córdoba no desaprovechó las
concesiones del Ceuta para irse con ventaja al descanso.
Ya en la reanudación el conjunto ceutí salió con otra cara,
llegando a disponer de tres ocasiones en los primeros 5
minutos. Primero Javi Navarro y después Berruezo, fueron la
antesala de un tiro de Diego Herrera a pase de Berruezo que
salió desviado. Pero el empuje quedó ahí.
Con el Ceuta volcado, pero sin crear ocasiones, el Córdoba
intentaba finiquitar el partido a la contra. Jugando con
espacios, y con la corriente a favor, los de Escalante
dispusieron de acciones de peligro para ampliar su ventaja.
La más clara, antes del tercer gol, la tuvo el central
Aurelio que tras cortar un balón en la línea defensiva tuvo
fuerzas para plantarse en el área rival y rematar a escasos
centímetros por encima del larguero.
Los minutos pasaban y mientras el Ceuta seguía sin generar
aproximaciones, los locales aprovechaban cualquier balón
para plantarse ante la meta de Basauri.
Y en esas llegó el tercero. Esta vez desde la banda
izquierda, Arteaga se fue de todo el que le salió a su paso
hasta plantarse en el área caballa. Cuando ya buscaba
situación de disparo, el brasileño Sandro le derribó en
claro penalti. Cuando todo el mundo esperaba que el
colegiado señalara la pena máxima, el esférico llegó a Javi
Moreno que libre de marca solo tuvo que meterla. Un castigo
excesivo para un Ceuta que, en lo que era una reválida, veía
como el líder le pasaba por encima.
Los caballas, lejos de bajar los brazos a pesar de estar el
encuentro visto para sentencia, se vinieron arriba
espoleados por su amor propio, y con la intención de
maquillar el marcador. Durante unos minutos acosaron a los
cordobesistas, metiéndolos. Pero los dos balones que se
pasearon por la línea de portería no encontraron rematador.
No era la tarde del conjunto blanco, y si la del delantero
Javi Moreno. De nuevo el ariete blanquiverde, en un nuevo
contragolpe, firmaba su tercer tanto de la tarde al quebrar
a Sandro y clavar la pelota junto al palo de la portería de
un Basauri ya batido.
De ahí al final el Ceuta tuvo una clara ocasión en las botas
de De Gomar, quien encaró a David Valle tras combinar con
Giovanni cuando se cumplía el minuto noventa. Pero a los
caballas no les salió nada.
Un partido para olvidar de los de Carlos Orúe, que salieron
goleados ante el líder en un partido que se antojaba como
piedra de toque para calibrar las aspiraciones de los
caballas para pensar en cotas mayores.
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