Estuvimos espectante con nuestra paisana y los nervios a
flor de piel cuando en las combinaciones finalistas
‘cantante-canción’, Nazaret estuvo con dos opciones de poder
representar a España en Eurovisión.
A nuestro entender, la principal rival de Nazaret se
encontraba en la voz de Mirela, una joven de 16 años con una
gran fuerza. Desde un principio en todas las cábalas
figuraban estos dos portentos de voces como posibles
candidatas a representar a nuestro país en Helsinki. Sin
embargo, los acaramelados Nash fueron el fulgor de las
quinceañeras españolas que participaron tan activamente que
fueron ellas las que eligieron la representación española.
Eurovisión no es una cara bonita, un macizorro chaval o una
‘tia’ buena. La voz es importante, la interpretación también
y el tema (más que nada los ritmos y la melodía porque pocos
entienden el español) ocupa una gran parte del éxito o no.
Nazaret o Mirella, Mirella o Nazaret eran las grandes
candidatas hasta que el flequillo, los vaqueritos y la
imagen modélica -copia de los backstreet boys- se impuso
entre el ímpetu hormonal femenino. Cuando los asesores del
programa eligieron a Mirella y a Nazaret para estar en la
final, en contra de lo que opinó el público, fue por algo.
De todos modos, hemos sentido el orgullo de oir a Nazaret y
que pudiera mostar su talento innato y muy trabajado. Mucha
suerte.
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