Cuando Zapatero tomó posesión de
su cargo, como presidente de España se mostró decidido a
impulsar las reformas de los Estatutos de Autonomía con dos
condiciones: que se respetara la Constitución y que se
hicieran con consenso social y político.
A pesar de las buenas intenciones del presidente las
reformas de los Estatutos no ha despertado interés alguno
entre el pueblo, como demuestra la poca participación
ciudadana, primero en Cataluña y refrendado, ese escaso
interés popular, en la participación en Andalucía. Y es que,
en el asunto de las reformas estatuarias no está,
precisamente, la preocupación de los españoles.
La pregunta que se deberían hacer los políticos, en este
caso el presidente de Gobierno, antes de tomar decisiones es
saber si, las mismas, le interesan o no al pueblo. Y en el
caso que nos ocupa hay que reconocer que el pueblo ha
mostrado escaso interés en el asunto quizás, por considerar,
que eso no le va a reportar beneficio alguno o a, le menos,
muy poco beneficio. Porque los que, realmente, van a salir
beneficiados con las reformas de los Estatutos es la clase
política que, con ellos, va a tener un mayor poder de mando
en sus regiones son los políticos.
A mayor abundancia de poder, mayor creación de puestos de
funcionarios que pagaremos todos de nuestros bolsillos,
aunque esa región con las reformas del Estatuto, no quiera o
quiera prestar una menor colaboración a la hora de pagar
impuestos al resto de los españoles pertenecientes a las
distintas regiones de España. Pero, seguro, a lo que no van
a renunciar es que los demás sigamos aportando de nuestros
bolsillos lo que a ellos les haga falta.
Uno piensa, perdón por pensar que eso es cosas de las
grandes “lumbreras” de esta tierra que, hasta estos
momentos, tanto en Cataluña como en Andalucía los
ciudadanos, el personal de a pie, como se dice ahora por
parte de la juventud, ha pasado un montón del asunto de las
reformas del Estatuto. O sea, como si no fuera con ellos
quizás por que, en verdad, es algo que no les interesa lo
más mínimo y, además, a pesar de toda la campaña a la busca
de que el personal lo emita, éste ha pasado, del mismo, tres
pueblos y cinco barriadas con sus correspondientes calles.
Y sigo pensando en que, echarles todas las culpas al Partido
Popular de lo acontecido en ese referéndum, además de ser un
error no conduce a nada. Y si acaso conduce a darle una
enorme ventaja a los populares en la próxima elecciones
tanto municipales como generales. Pues si los populares han
sido capaces de atraer a su causa al sesenta y tres por
ciento de los votantes, no cada duda alguna, que ganarían
por mayoría absoluta en Andalucía. Eso está de una claridad
meridiana. No hay que ser ningún genio para llegar a esa
conclusión
Hay que desengañarse y reconocer que, el asunto de la
reforma del Estatuto no ha despertado interés alguno en el
pueblo español. La prueba de ello está en ese mínimo número
de votantes que fue a depositar su papeleta. No es ninguna
prioridad, para los españoles de a pie, la “realidad
nacional” ni nada parecido. Los españoles de a pie tienen
otras prioridades que quieren les solucionen. ¿O no?.
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