Empecemos por Ceuta, ¿dónde queda la Ciudad dentro de la
Constitución? ¿Es factible el deseo de autonomía en pie de
igualdad con el resto de comunidades?
Para mí al volver a Ceuta después de unos años ha sido una
grata sorpresa encontrar el cambio urbanístico tan positivo
que ha tenido. Siempre ha sido bonita, pero ha ganado en
belleza. Un español de la península se siente siempre
orgulloso de venir aquí. Este giro se ha producido, en mi
opinión, gracias al cambio en el régimen jurídico, de haber
ganado la condicion de Ciudad Autónoma. Ceuta ha demostrado
que está capacitada para ser una autonomía más. Yo creo que
constitucionalmente cabe perfectamente su cambio, su mejora
de condición, y además Ceuta ha cumplido también con un
requisito que me gusta a mi exigir, que es intelectual, y es
que las cosas no se regalan, hay que ganárselas, y Ceuta ha
demostrado que sabe gobernarse a sí misma.
Respecto a los Estatutos de autonomía, qué le parece las
polémicas que están habiendo y las revisiones que se están
llevando a cabo.
Esta pasión por cambiar todo el régimen estatutario tiene un
efecto en cadena porque todo el mundo quiere apuntarse a ir
ganando competencias, dinero, inversiones. Este efecto tiene
un aspecto muy negativo que está en lo que pueda afectar a
la lealtad y a la integridad a la Constitución. Eso lo dirá
el Tribunal Constitucional.
Ultimamaente se ha generado una guerra de estatutos que no
tiene demasiado sentido. Estamos cultivando las cosas que
nos separan en lugar de las que nos unen, pero en fin, cada
época tiene su sello.
A este respecto, ¿qué le parece la recusación a Pérez
Tremps en Cataluña?
El Tribunal Constitucional ha dictado un auto muy bien
motivado en el cual acepta la recusación. A mi me parece que
es muy razonable y que está muy bien razonado, y acepto el
criterio del Tribunal Constitucional aunque haya sido por
una mayoría más o menos grande. Yo he estado nueve años en
el Tribunal Constitucional, y no todas las sentencias se
dictaban, ni se deben dictar, por unanimidad, es mucho mejor
cuando hay varios puntos, de vista.
Yo creo que está muy bien razonada y creo también que la
explicación que ha dado el TC para aceptar la causa de
recusación es razonable. Pero es que si la ley española dice
eso, interpretada a la luz de la jurisprudencia del Tribunal
europeo de Derechos Humanos, queda más clara la
interpretación, ya que este Tribunal ha dicho que para
ganarse la confianza de los ciudadanos en la justicia, los
jueces no deben ser sólo imparciales, sino parecerlo.
Cualquier mancha en la imagen es un daño para la justicia.
Por lo tanto me parece prudente y aceptable la decisión del
TC que por otra parte no va en demérito de Pérez Tremps. El
sr. Pérez Tremps sigue teniendo el criterio de rectitud que
se merece, pero en este asunto no puede actuar porque su
decisión podría estar predeterminada. Nadie lo afirma, pero
es una posibilidad. Este asunto es una cuestión de imagen,
de imagen de él y de imagen del TC.
¿Qué puede decirse de la imagen que está dando la justicia
española de división entre los magistrados conservadores y
progresistas?
Esto es inevitable en un sistema. democrático. Se puede
observar en Estados Unidos. Allí se sabe quién es
conservador, etc. Pero esto no significa que se predetermine
la decisión.
A veces magistrados liberales toman decisiones
conservadoras, depende del caso. La justicia se hace caso a
caso, no es un libro, se hace por instantáneas.
A mi lo que me preocupa a veces es que los tribunales o los
órganos colegiados puedan romperse por estas divisones o se
puedan quebrar por la persistencia de dos grupos
permanentes. Que sean siempre los mismos es lo que me
preocupa. El que sean siempre los mismos puede dar a
entender que existe detrás una disciplina, y eso no es
bueno.
¿Podría asimilarse esto que dice a la retirada de apoyo al
juez garzón por buena parte de la magistratura?
Eso no sabría decirle. Yo ahora me dedico a la abogacía y me
entero de los asuntos de los tribunales por la prensa, y
este caso en concreto no lo seguí bien. Es posible, pero no
puedo ni sospecharlo.
Hemos hablado de reformas y de justicia, es hora de reformar
el código penal a la luz de casos polémicos como el de De
Juana Chaos?
Sí. Yo creo que hay que revisar el código penal y el
criterio para el cumplimiento de las penas. El ciudadano
español y muchos expertos no terminamos de entender que a un
señor se le impongan 2.700 años de prisión y cumpla 18. Todo
lo que atenta contra el sentido común no puede ser bueno.
Yo estoy hablando además jurídicamente y como ciudadano, los
temas políticos a mí me son ajenos. Los gobiernos tienen
mecanismos para constituir sus fines. Lo que nunca se puede
hacer para conseguir un fin político es forzar la
interpretación de la ley.
Qué le parece el rechazo de la ilegalización de EHAK por el
Parlamento Vasco, hay que ilegalizar partidos?
Hay que cumplir la ley de partidos. Ilegalizar un partido
político, son decisiones muy graves en un sistema
democrático. La ley de partidos está ahí para defender el
sistema democrático. El sistema democrático tampoco puede
ser tan absurdo que permita que lo asesinen o el mismo se
haga el ‘Hara kiri’.
Para defender este sistema democrático que tanto nos ha
costado implantar, habrá que ilegalizar todos los partidos
que no cumplan con la ley de partidos, y eso sólo pueden
hacerlo los jueces con las pruebas necesarias. Las leyes
están para cumplirlas. Una ley que no se puede cumplir es
peor que el vacío legal.
¿Goza de buena salud la Constitución, del 78?
La Constitución del 78 es una Constitución modélica. Es el
único texto constitucional en 200 años de historia española
que se hace por consenso, que no es la imposición de media
España sobre la otra media que es lo que había venido
ocurriendo desde 1812.
El español, o algunos españoles, tienden a creer que el
consenso es algo malo, que hacer las cosas en paz y no a lo
salvaje es algo malo. El consenso es un bien. Los pactos en
política son algo absolutamente necesario. Este caso fue un
equilibrio entre las fuerzas que ha posibilitado un texto
que ha sido, de toda nuestra historia, el que nos ha traído
más libertad a los españoles uno a uno como individuos.
Es la Constitución que ha dado un mayor autogobierno a las
regiones, a los pueblos de España. Es una Constitución, que
ha prestado el marco para un cuarto de siglo de prosperidad
económica. ¿Vamos a estropear eso? Las cosas hay que
arreglarlas cuando funcionan mal, pero cuando funcionan bien
no hay que tocarlas para que funcionen peor.
La Constitución, como toda obra humana puede tener errores.
Puede haber puntos que haya que modificar, pero no
plantearse continuamente una filosofia política, casi una
teología política sobre el cambio. Puntualmente hay que ver
cuáles son los puntos débiles que existen para uno por uno
ir subsanándolos, pero no el marco general, que es muy
bueno.
Un buen ejemplo para esto es Estados Unidos. La Constitución
americana es muy breve, tiene 7.500 palabras, y aunque haya
sido modificada por enmiendas concretas, el texto es el
mismo desde hace 200 años, sigamos su ejemplo. Hay que
modificar las cosas cuando se necesite, pero no replantearse
continuamente tirar la casa para reconstruirla. Esta
Constitución nos ha dado paz, libertad y prosperidad.
¿Y la prensa? Cómo ve la prensa desde la óptica deontológica
con la serie de polémicas que se están suscitando
recientemente.
La democracia no existe sin la libertad de expresión. La
prensa la veo en España bien. Ha sido muy positiva. Ha
descubierto escándalos, ha descubierto crímenes, ha
colaborado a la consolidación del sistema democrático. Por
supuesto también ha tenido otros excesos, pero todas las
actividades lo tienen. La polémica es inherente a la prensa.
Lo que no me gusta son los ‘jabalíes’.
Hablemos ahora de Derechos Humanos. El próximo día 5 de
marzo es la cumbre hispano-marroquí, cómo está hoy el asunto
del Sáhara?
En el Sáhara hay muchos intereses encontrados. Por un lado
está el interés de Argelia por encontrar una salida al
Atlántico; también el interés de Marruecos, que lo ve como
una tierra de prolongación de su territorio, y además hay
intereses estratégicos. Se trata de un problema muy complejo
que precisamente por ello lleva tanto tiempo sin resolverse
en el cual las víctimas son las personas. Entonces, no puedo
mostrarme optimista ante la próxima cumbre, no veo cercano
el final del problema.
Es mucho más complicado que el problema de Gibraltar, que
podría arreglarse pasado mañana, en 24 horas. Para ello
existen mecanismos jurídicos, políticos y de toda clase.
Pero en cambio, en el Sáhara hay implicadas demasiadas
cosas.
Ya no estamos en la bipolaridad de la guerra fría, pero de
alguna manera hemos creado otra bipolaridad. Ahí está
Afganistán, Irán, Oriente Medio…en esa nueva estrategia
global el problema del Sáhara es un asunto muy delicado.
¿Al referirse a esta nueva bipolaridad podría decirse que
comparte el punto de vista de Zapatero sobre el choque de
civilizaciones?
Para mí es evidente que están enfrentándose dos
civilizaciones, dos culturas. La cultura occidental y la
islámica entendida de una manera que otras veces no se ha
entendido, de forma violenta y agresiva. No creo que se
pueda resolver ese conflicto negando la mayor. Bien está
predicar la tolerancia y la paz, pero hay que tener un
cierto sentido de la realidad. Averroes era un hombre que
hoy sería necesario que rigiera los destinos del Islam.
Desde un punto de vista ideológico o humano no estamos
enfrentados con nuestros vecinos, son problemas concretos.
Podemos estar de acuerdo o no con Marruecos de la misma
manera que podemos estar o no de acuerdo con Francia, por
problemas concretos, no por estar en discordancia con una
visión del mundo.
Respecto a los derechos humanos, ¿qué opinión le merece esta
comisión que se ha solicitado para investigar los vuelos de
la CIA y las visitas de agentes españoles a Guantánamo?
Todo lo que sea poner claridad me parece bien. No sabría
decir hasta qué punto ese tipo de comisiones puede tener
éxito, pero querer saber siempre es bueno. La verdad, como
siempre se ha dicho, nos hace libres, lo que ocurre es que
hay gente a la que no le interesa que se sepa la verdad.
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