Fue un placer escuchar el pasado martes, en la sede de la
‘asociación Tetuán-Smi’r, el verbo fácil, documentado y
matizadamente contenido del profesor Morales Lezcano en la
presentación de su libro, “Historia de Marruecos”,
recientemente editado. Allí estaba una buena representación
de la ciudad de Tetuán, entre los que destacaría al
diplomático Bennouna poseedor, junto al doctor Azzud Hakim,
de un importante archivo sobre el “Partido Reformista
Nacional” y su papel en la independencia de Marruecos.
Entre el público, diferentes profesionales y, en primera
fila, el director del Instituto Cervantes en la ciudad,
quien cooperaba en el acto junto a la Cooperación Cultural
Española en el Extranjero, amén de conocidos ceutíes venidos
para la ocasión, como José Luís Gómez Barceló. Nuestro
cónsul, Jiménez Ugarte, estuvo en su papel, breve, sonriente
y distendido. Mi buen amigo (lo siento por algunos pero sí,
lo reconozco, tengo muy buenos amigos “moros”) Abdeslám
Chachoo, no dejó de pedir brevedad a la mesa, cosa difícil
dado el elenco sentado en la misma. Saud Abdelaziz, profesor
de historia moderna apuntó, después de calificar la obra
como “magistral”, quizás uno de los puntos que el profesor
Morales a buen seguro corregirá en próximas ediciones como
es el desequilibrio de contenidos: brillante para los dos
últimos siglos y demasiado parco hasta entonces, aspecto que
fue reconocido –y debidamente explicado- por el autor. El
doctor Benamoud se extendió, prolijamente, en un detallado
comentario (se notaba que había estudiado bien el libro)
deteniéndose, breve pero densamente, en las fuentes
manejadas por el autor sobre lo que los españoles conocemos
como “Guerra de África” (1859-1860). Azuz Hakim por su
parte, lúcido y ligeramente provocador como siempre (la
“dulce” Francia se llevó como siempre su parte) no perdió la
oportunidad de barrer para casa señalando –y disculpando al
profesor Morales, pues la documentación no está disponible-
el papel de Torres y su gente en el proceso de independencia
de Marruecos (con la anuencia española), pues fue el norte
el que en un acto inusual se enfrentó a las autoridades del
Protectorado francés prestando voluntariamente el juramento
de la “b´eia” a Mohamed V (abuelo del actual soberano),
antes de ser obligado a marchar al exilio.
Un modelo de presentación, un lujo de intervenciones y un
merecido éxito para su autor, Víctor Morales Lezcano.
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