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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 21 DE FEBRERO DE 2007

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

¡A la greña!
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

Leí ayer el monólogo de mi compañero Ade sobre el llamado “trío de trincones”, pero, como no estoy totalmente puesta en chismografía ceutí, tan solo pude deducir que, en los Alhaurines, no se detenta la exclusiva de la picardía y que, el fenómeno de emular la picaresca, pero no la de nuestro Lázaro de Tormes sino la de “aquí el que no corre vuela” “aceitunita comía huesecito en mano” , “pa mi casa hasta las piedras” y “quien no trinca como Roca, en el fondo se equivoca”. Listillos y vacilones hay en todos los puntos de nuestra geografía y ustedes no iban a ser la cagaíta de la paloma, por mucho que limpien y escamonden con la bayeta mágica el conocido “crisol”, que, por cierto, a mí ni me va ni me viene. Aunque me encanta que en una ciudad convivan exponentes de tantas culturas es decir, filósofos, humanistas, catedráticos, escultores, pintores, poetas, escritores ,compositores, grandes arquitectos y todos aquellos capaces de crear y promover arte, cultura y conocimiento y encima, que los grandes profesionales de las ciencias, las letras, las humanidades y las artes sean de distintas etnias. Eso es un pasón y debe resultar muy enriquecedor. Al igual que debe resultar muy oxigenante el levantarse y acostarse empapados de la energía telúrica que emana del monte Acho. La piedra calma y la cultura y el conocimiento dan calidad de vida, por lo que se puede deducir que, en su tierra meridional, donde se habla el español con sones entre canarios y de caña de azúcar y las mujeres entre bachata y el habla de aquellas bailarinas de Gades que, los guiris del Imperio Romano, exportaban a Roma para que cantaran y bailaran, sonando unos crótalos que fueron los tatarabuelos de nuestras castañuelas… En fin, que, los ceutíes, no andan tan a la greña como hoy los andaluces. Tienen sus azares y sus azahares caso de haber plantado naranjas, pero no están enfurecidos, como PP y PSOE andaluces, echándose mutuamente en cara el fracaso garrafal del referéndum para lo del Estatuto.

¡Joder cuantos reproches! Los socialistas acusan a los populares de no haber “motivado” lo suficiente a su electorado y no es así, es injusto, solo que, el electorado popular está preocupado llegando a fin de mes y encima con el gasto de tener que blindar los pisos porque los robos a viviendas se han incrementado espectacularmente desde que no está mi hermano espiritual tan querido, Tino Villabona como comisario, porque mentarle “Tino” a un criminal era mentarle al diablo ¿Qué quienes tuvieron el privilegio de robarnos a Tino? Pues los melillenses que las estaban pasando canutas hasta que él llegó. Bueno, mejores profesionales de España aparte, los peperos acusan a los socialistas de que, la abstención andaluza ha sido un rechazo a Zetapé y tampoco es así, aunque el socialismo andaluz es felipista y guerrista y si los suyos pasaron de votar es porque están agobiados con la avalancha de pobreza dura que ha traído la inmigración ilegal, por las pobres putas nigerianas, chuleadas con vudú, los cientos de mendigos rumanos, los desventurados senegaleses que tratan de sobrevivir con un panecillo al día tratando de vender collares de plástico en este Eldorado que, para ellos es Elcagado. Socialistas y populares compartiendo mileurismo, delincuencia, inseguridad, pobreza que crece, calidad de vida que baja, banqueros que nos putean y esquilman, leyes durísimas antitabaco, anuncio de leyes antialcohol, pero ninguna ley antipena, antifrustración, antiagotamiento, antiinfelicidad.

¿Qué hay trinconcillos en Ceuta? Bueno, para jalarse el pastel que al menos se laven las manos y no lleven las uñitas vestidas de luto, Ade rabia y los sociatas y peperos andaluces se infartan de furor ante el hecho de que, sus respectivos electorados, pasamos de directrices y somos levantiscos. Y eso que no fardamos de crisoles, como mucho, de nuestra piedra roseta que es el polvorón de Ecija. Y de nuestra idiosincrasia que es andar a la greña, pero sin agravios ni tragedias, sino con genuino cachondeo y tomándolo con humor.
 

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