Un año más tuvo lugar en la populosa ciudad de Casablanca,
el pulmón económico del país, el XIII Salón Internacional de
la Edición y del Libro (SIEL), organizada este añó bajo el
lema “La creación marroquí: nuevas tendencias”.
En el mismo participaron más de 600 expositores en
representación de 59 países, entre ellos España. Las Islas
Canarias asistieron con pabellón propio y un centenar de
títulos. La Feria de Exposiciones ocupa un espacio de casi
dos hectáreas (19.000 m2).
La ceremonia de apertura fue presidida por el Príncipe Mulay
Rachid, quien hizo entrega del Premio 2006 de Marruecos del
libro, en las categorías de creación literaria, estudios
literarios y artísticos, Ciencias Humanas, Sociales y
Jurídicas y Traducción.
Este año, el evento se vió envuelto en la polémica. Así,
conocidos representantes del Partido de la Justicia y El
Desarollo, presentes en el Parlamento y en numerosos
ayuntamientos, criticaron ácida y duramente al ministro de
Cultura, Mohamed Achaâri, la presunta censura de
publicaciones islamistas, impidiendo en concreto la
asistencia a una cincuentena de editores árabes
especilizados en publicaciones islámicas. El propio
ministerio refutó con firmeza las afirmaciones de líderes
como Saâd el Othmani y Abdelilah Benkirán (director del
diario ‘Attajdid’), refutando cualquier instrumentalización
del salón con fines políticos.
Para publicaciones como el semanario ‘Maroc Hebdo’ (nº 732)
se constataba que, al contrario que el último año, había
“más stand llenos hasta techo de ‘manuales del perfecto
pequeño musulmán’ y de niñas de cinco años abrigadamente
veladas” (...). A la polémica se sumó el controvertido
profesor Mhadi Elmandjira, quién no admite que ninguna
categoría de libros pueda ser expuesta, pues constituiría
“un atentado a la libertad de expresión y a los derechos
humanos”. Elmandjira ha publicado un último libro sobre
“Valores civilizacionales”.
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