Etimológicamente, democracia
quiere decir “poder del pueblo”. En una sociedad
democrática, deben regir los principios de libertad e
igualdad entre ciudadanos ante la ley y en las relaciones
sociales en la vida cotidiana. Entendiendo el término
libertad como, la posibilidad de elección de nuestras
acciones sin restricciones o sometimiento alguno salvo lo
que marquen los tribunales de justicia y, igualdad, como la
no distinción motivada por cualquier razón ajena al hecho de
ser ciudadano.
Con esta intención, los españoles decidieron libre y
mayoritariamente constituirse en un Estado social y
democrático de Derecho en 1978, propugnando como valores
superiores la libertad, la justicia, la igualdad y el
pluralismo político. Todo ello, expresado a través de las
formaciones políticas quienes, se convierten en el
instrumento fundamental para la participación política.
El artículo 10, del Capitulo primero de nuestra
Constitución, especifica que la dignidad de la persona, los
derechos inviolables que le son inherentes, el libre
desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a los
derechos de los demás, son fundamento del orden político y
de la paz social. Por ello, todos los ciudadanos, sea cual
sea su credo religioso, tienen el derecho a participar
libremente en cualquier actividad y por supuesto, en
política perteneciendo a cualquiera de las formaciones
existentes.
Por ello, cualquier persona que viva en territorio español,
puede desarrollar esta labor eligiendo su opción política.
Exceptuando nuestra ciudad, donde asistimos con sorpresa a
la persecución, al insulto y a la infamia contra algunos
ceutíes que han decidido libremente pertenecer a una
formación política como el Partido Popular, formación de
centro reformista que tiene a la persona como eje de su
acción política y que además, defiende la dignidad del ser
humano, propugnando la democracia, el Estado de Derecho y la
solidaridad territorial. En definitiva, trabajando con
ahínco por el bienestar de todos los ceutíes.
Por todo ello, es totalmente incompresible y, al mismo
tiempo, deleznable, que existan individuos en nuestra
sociedad que, por razones culturales, injurien a quien
haciendo uso de su libertad, decide hacer uso de sus
derechos participando en la vida política bajo las siglas de
la formación que mayor respaldo electoral ha obtenido en
nuestra corta historia democrática, que más ha defendido
nuestros intereses y que más ha trabajado por alcanzar
nuestro despegue socio-económico, el Partido Popular.
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