Fraga. Por supuesto. Y no he
podido menos que retrotraer a la realidad actual su innata
seriedad, esa bonhomía de gallego con retranca doble y la
respuesta a la frase de un entrevistador “¿Cuál es el pecado
que más detesta en política” Don Manuel respondió sin
vacilar “La frivolidad”. No quedan ya en política ese tipo
de mentes portentosas, que fueran número uno de promociones,
oposiciones, cátedras, Escuela Diplomática y Abogacía del
Estado. No las hay. Tecnócratas puros, es decir, grandes
técnicos y reconocidos expertos, politólogos de renombre y
hombres con trayectorias profesionales brillantemente
aunadas a la rex publica durante media vida no acierto a
señalar en la política activa actual.
Pero hoy recuerdo especialmente a Fraga Iribarne (y no menos
a su rubia y tilileante esposa, la descansada Carmen ) .
Porque me pinchan y no sangro de la impresión de lo que he
contemplado en un programa rosa ¿Qué si se trata de algo de
los malayos? No. Se trata de que, el Gobierno ha intervenido
directamente en un tema tan trascendente para la vida del
pueblo español como es el hecho de que quieran desposeer de
título y corona a la representante de Miss Cantabria, por
haber descubierto la organización que es madre de un hijo de
corta edad. Normal. Una miss es una señorita, mientras que
una madre es una señora. Pero ha aleteado un poco el
fantasma buenista y melindroso de la “discriminación” ha
salido la muchacha en Antena 3 diciendo que no devuelve la
banda porque a los mister España no les ponen trabas si son
papás, los tertulianos del corazón han puesto el grito en el
cielo por tamaña afrenta y ataque a las libertades y, el
Gobierno, ha tardado horas en responder al “clamor”, bueno,
no diré “clamor popular” porque el tema importa, en general,
una higa, sino “clamor” del público contratado en el plató
(botellín de agua, bocadillo de choped y manzana) que clamó
a órdenes del regidor del programa. ¡Que júbilo el de los
tertulianos de la casquería rosa ante su influencia en las
decisiones del Gobierno de la Nación!.
No, si ya digo yo que la justicia acabará haciéndose en plan
juicios paralelos en el Tomate y a quien ellos condenen de
antemano habrá de ser condenado, bajo riesgo de que, la
emprendan a continuación contra el juez de turno y comiencen
a sacar a antiguas novias o a hacerle picadillo televisivo,
en plan escandalera, en plan “difama que algo queda”
después, los damnificados pueden llegar a ganar los juicios,
pero el destrozo moral ya está hecho y la imagen de la
víctima hecha unos zorros.
No me figuro yo a un Gobierno dirigido por Don Manuel con
las tragaderas bastantes como para tolerar subgéneros
televisivos en virtud a la hipotética libertad de expresión
“total” de quienes hacen sangre en busca de audiencia. Ni
tampoco me figuro a Don Manuel y menos a Aznar y menos aún a
Rajoy interviniendo en la polémica de miss Cantabria en
virtud de la “no discriminación” de las madres en un
concurso de misses.
Algo vilmente hipócrita, porque, la discriminación más
nauseabunda, abyecta y asquerosa es la de las feas con
respecto de las guapas ¿Cabe mayor aberración de que,
alguien como ustedes como yo nos veamos despreciados,
puteados, ninguneados y ni tan siquiera admitidos a las
pruebas previas de selección de miss o mister por no ser
macizos, esbeltos, apolíneos o bellas, exuberantes, de
carnes prietas y fermosas como la vaquera de la Hinojosa de
nuestra literatura? Ser discriminada por haber parido…en
fin, vale, discrimina en parte pero ¿Y ser cruelmente
relegado o relegada por feo o fea? Eso es de Juzgado de
Guardia, de juicio rápido y de cumplimiento efectivo de la
condena sin aplicación del beneficio de la condicional.
No obstante, ni Manuel Fraga ni los otros intervendrían en
pamplinas de ese calibre, ni a favor de las mocitas, ni de
las mamás, ni de las feas, ni de las bellas, ni
intervendrían en nada que pudiera calificarse de forma
contundente como “jilipollez”.
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