Actuaron ‘cegados’ por la creencia de que su madre había
muerto apuñalada. Esa es la única excusa que se plantean los
acusados ante unos hechos acaecidos el 29 de enero de 2004 y
el principal argumento de la defensa que en la jornada de
ayer utilizó ante el jurado.
El fallecido, A.A.A llamó a la puerta de la conocida como
Tamo. Al abrirle, éste le asestó una puñalada en la cabeza y
la dejó malherida. Al mismo tiempo agredió a otra mujer
embarazada que pidió auxilio. Uno de los hijos, ante los
desgarradores gritos, vio que su madre estaba en el suelo
sangrando con un cuchillo clavado en la cabeza así como las
heridas de la mujer embarazada. Creyéndo muerta a su
progenitora alertó a sus hermanos sobre lo sucedido
indicándoles quién había sido el agresor al que conocían del
barrio. De este modo, en venganza, se presentaron en su casa
y le dieron muerte.
Por su parte, el Ministerio Fiscal solicita para cada uno de
los tres hermanos penas de 18 años de prisión, más 2 años de
privación de libertaed por allanamiento de morada y 1 más
por tenencia ilícita de armas. Sin embargo la acusación
particular solicita 25 años de prisión para cada uno de los
acusados.
La primera jornada del esperado juicio bajo el procedimiento
de la Ley del Jurado, estuvo protagonizada básicamente por
la elección de los miembros que compondrían precisamente ese
jurado.
La tónica general y la principal idea entre los
preseleccionados era la de conseguir zafarse de la
responsabilidad de tener que emitir una declaración de
culpabilidad o de inocencia en una ciudad como Ceuta “donde
todos nos conocemos”, apuntaban algunos de los candidatos.
Ataques de ansiedad, declaraciones ante el juez tendentes a
encontrar la impugnación de algunas de las partes, motivaron
un retraso por otra parte esperado en juicios de este tipo.
Finalmente, con los miembros del jurado seleccionado a
última hora del mediodía, la sesión se inició por la tarde
con la toma de juramente a cada uno de los miembros del
jurado seleccionados.
A partir del momento en que han sido seleccionados, pasan a
estar totalmente incomunicados y protegidos por las Fuerzas
del Orden.
En la sesión de tarde, el juez leyó las atribuciones
encomendadas al jurado y procedió a dar la palabra tanto al
fiscal como a los abogados de la acusación y de la defensa.
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