Más de algún lector me preguntó a primeros de noviembre,
tras ser entrevista do en este medio, si no estaría
exagerando con el peligro del terrorismo islamista en la
región. Con lo que ha llovido desde entonces a los charcos
me remito. Y siguen acentuándose las bajas presiones, por lo
que me atrevo a pronosticar (y ojalá me equivoque) algún
tormentón a corto plazo. Las isobaras están marcadas con
nitidez y si de muestra vale un botón, ahí va sin máayores
comentarios la portada de la edición del pasado viernes 16
del semanario Maroc Hebdo.
Siguiendo c on nuestros vecinos de al lado, me atrevería a
destacar los siguientes epígrafes:
1.Casa Real. Mutismo. Si hace tiempo fue Mulay Hicham, el
Príncipe Rojo, quien fue marginado del entorno de Su
Majestad, el Príncipe de los Creyentes Mohamed VI, ahora se
rumorea con insistencia (versión oficial no hay ninguna) que
puede ser el Príncipe Mulay Rachid (partidario de una
política interna más continuista y en consonancia con la de
su padre, el sátrapa Hassan II) quien pudiera tomar las de
Villadiego e ir a instalarse, quién sabe por cuanto tiempo,
en los Estados Unidos.
2. Elecciones. El Majzén estaría revisando la maquinaria
electoral, pero enlacemos este tema por cuestión de
procedimiento con el siguiente.
3. Sáhara. En la primera semana de febrero Marruecos tocaba
a rebato a su cuerpo diplomático en Europa, convocándolo a
una larga e intensa reunión en la que llevó la voz cantante
el aparato de seguridad, representado por el ministro
delegado de Interior (en Marruecos hay dos ministros al
frente de cada departamento, el que figura y el que manda,
puesto este último siempre por el Rey, amén de los ministros
de soberanía), Fouad El Himma y el actual director de la
DGED (Dirección General de Documentación, servicios de
inteligencia para entendernos), Yassin Mansouri, ambos del
entorno directo y antiguos compañeros de Mohamed VI, que
transmitieron a los diplomáticos las altas directrices sobre
las próximas elecciones legislativas (frenar, discreta pero
firmemente, a los islamistas del PJD) y el proyecto de
autonomía para el Sáhara occidental, que según declaraba el
pasado 2 de febrero el ministro de comunicación, Nabil
Benabdallah, pivotará sobre tres ejes: la soberanía
marroquí, las particularidades socioculturales de la región
y el derecho internacional. Sin la anexión definitiva del
Sáhara occidental, Marruecos como país puede perfectamente
subsistir..., pero la continuidad de la Dinastía Alauí
quedaría mortalmente herida.
4. Terrorismo. Días más tarde, domingo 11 de febrero, se
reunían en Kenitra los más altos responsables de seguridad
del Reino, incluídos prefectos de policía y directores
regionales a fin de debatir la nueva estructura adoptada por
el terrorismo islamista en la región, particularmente la
unificación del GSPC (Grupo Salafista para la Predicacción y
el Combate) dentro de Al Qaïda, lo que se entiende ya como
una sección magrebí de la misma y un vuelco, un nuevo
escenario estratégico. A continuación y no precisamente por
casualidad, se encontraban en una cumbre antiterrorista los
responsables de seguridad de Marruecos y Argelia. En
palabras del periodista Fahd Yata en La Tribune, se
multiplican los signos de una real preocupación de los
servicios de seguridad nacionales. Las luces rojas de los
semáforos echan chispas.
Marruecos (un estado policial al fin y al cabo, aunque con
notables avances en libertades y derechos humanos) ata todos
los cabos, también los de la prensa. Salé, 9 de febrero. Los
responsables de diarios y otros medios de comunicación
participan en una reunión, que se pretendía informal, para
ser correctamente informados (sic) sobre el dossier del
Sáhara y la amenaza del terrorismo islamista en el Magreb,
animada como es evidente por el ministro del ramo, Nabil
Benabdellah..... y los altos responsables de seguridad:
Fouad Ali Himma y Yassin Mansouri.
Por estos pagos, El Tarajal y para allá sigue animado. Se
díce que la policía marroquí invita a pararse para charlar
un rato con los ceutíes en cuyos pasaportes figuren
estampados sellos de la India o Pakistán. ¿Por qué será?.
No, si algunos que viajan mañana desde Ceuta para aquellos
países (¿irán a buscar más flus para la Gran Mezquita de los
Cuatro Alminares?), con lo chunga que se les estaría
poniendo la cosa igual deciden, a lo mejor, continuar sine
die de turismo por aquellas exóticas tierras. ¡Ma tutto e
niente!.
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