Iniciado el macrojuicio contra los
responsables de los atentados del 11 de marzo en Madrid, el
país se ha blindado en su totalidad. Las Fuerzas y Cuerpos
de Seguridad del Estado andan coordinados en medidas
preventivas antiterroristas.
Si bien la Casa de Campo en Madrid, donde está ubicado el
módulo de la Audiencia Nacional para este macrojuicio se ha
convertido en un auténtico búnker, la propia capital y el
resto de poblaciones toman medidas de control y extrema
vigilancia.
Los servicios de información y la inteligencia española anda
en estos momentos muy atareada en la previsión y respuesta
ante cualquier circunstancia sospechosa que lleve aparejada
la idea de un golpe o atentado de corte islamista, máxime
cuando desde la red Al Qeda se ha señalado a España como el
Al Andalus a reconquistar y situando concretamente a Ceuta y
a Melilla en puntos de referencia dominante para su muy
pronta islamización.
Las Policías permanecen vigilantes y atentas. Precisamente
ayer, el delegado del Gobierno en Ceuta presidió una
comisión de seguridad encaminada a coordinar actuaciones
tendentes a la previsión nacional con medidas
antiterroristas concretas de aplicación en el territorio de
la Ciudad Autónoma.
Policía Nacional, Guardia Civil, Policía Local y Policía
Portuaria agudizarán la vigilancia y realizarán controles
muy puntuales en lugares sensibles llamados de prevención
para asegurar la ciudad.
Es cierto que el trabajo policial efectivo es el que, a
veces, no se ve, el que no se aprecia a simple vista. Y, en
este sentido, debemos decir que la ciudad cuenta con
verdaderos profesionales capaces de aportar esa seguridad
que, en ocasiones se demanda ante la no visión de un agente
uniformado. Si bien la presencia de agentes uniformados
favorece entre la ciudadanía la sensación de seguridad, los
que pasan desapercibidos entre la población, los no
uniformados, son los que realmente aportan ese elemento
sustancial que implica la ‘caza’ de aquel delincuente que
cree campar a sus anchas al no ver uniformes. Podemos estas
seguros.
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