Con empate a cero terminó el partido aplazado entre el Hilal
y la Asocación Deportiva Ceuta, tras los incidentes que
obligaron a suspender el encuentro correspondiente a la
octava jornada de liga.
Sin espectadores en la grada al jugarse a puerta cerrada ,
pero con mucha tensión sobre el terreno de juego, el
colegiado apenas añadió un minuto al tiempo reglamentario,
para evitar nuevas complicaciones, en un partido marcado por
la dureza con que se empleó el conjunto local.
En cuanto a lo futbolístico, los diez minutos que restaban
por jugarse del primer periodo, apenas fueron un
calentamiento para unos jugadores que se citaron para la
reanudación del choque.
La segunda mitad se iniciaba con ganas por parte de ambos
conjuntos, aunque las ocasiones fueron para los blancos. La
primera la tuvo Felipe al rematar un balón que iba a gol,
pero que se desvió a córner al tocar un defensa. Poco
después, y en un intento de contragolpe de la Asociación, el
colegiado no se complicó por una presunta agresión, que
terminó con la expulsión del propio Felipe, al responder al
insulto de un rival.
A partir de entonces la tensión fue en aumento. El Hilal,
con más corazón que cabeza, se iba arriba pero sin encontrar
puerta.
La importancia del partido hacía jugar a ambos conjuntos con
miedo a perder, por lo que los nervios se trasladaron del
terreno de juego a la banda. De esta manera el colegiado
expulsó a Angel Canas y mandó al vestuario a los suplentes.
A pesar de jugar con uno menos, los de Canas eran los que
tenían las ocasiones. Primero la tuvo Agustín al rematar
desviado con la cabeza un envío al corazón del área. Poco
después la volvieron a tener los de blanco, pero nadie supo
aprovechar un error del portero al saque de una falta.
El ambiente estaba caldeado y el colegiado prefirió cortar
por lo sano, señalando el final del partido sin añadir más
de lo que creyó necesario.
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