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OPINIÓN - JUEVES, 15 DE FEBRERO DE 2007

 
OPINIÓN / EDITORIAL

Seis años al frente del Gobierno de Ceuta

De momento es un hecho histórico en democracia que un presidente o alcalde de Ceuta sume seis años de manera continuada en la responsabilidad del gobierno.

Juan Jesús Vivas Lara cumplió esa sexta efeméride el pasado sábado 10 de febrero. Su llegada al despacho presidencial se produjo después de unos convulsos momentos políticos en los que el Palacio de la Asamblea había sido ‘tomado’ por un grupo de desahogados capaces de vaciar las arcas ceutíes.

Después de una ‘batalla’ sin igual en la que este medio participó en vanguardia y en solitario frente al cáncer que suponía el GIL para Ceuta -en tanto que otros arrimaron las ascuas a sus sardinas-, una operación quirúrgica y bien llevada desde las sedes del PP en la Ciudad Autónoma y en Madrid con la participación, en su momento, del PSOE, hizo que la expulsión de los gilistas del Palacio de la Asamblea se hiciera realidad para la salud política y económica de la ciudad.

Desde ese instante, año 2001, Juan Vivas preside el gobierno de Ceuta ampliamente ratificado en las posteriores elecciones locales de 2003 al erigirse porcentualmente en el político más votado del país. La suma de 19 escaños en la Asamblea es un referente historico sin parangón en tiempos democráticos.

En este periodo, al menos y eso hemos de reconocerlo, se ha alcanzado una tranquilidad institucional que los ceutíes demandábamos en los últimos veinte años. Una mirada de ayuda a Madrid que tardó en reaccionar y no fue hasta 2001 cuando comprendió la imperiosa y estratégica necesidad de mantener políticamente estable la ciudad. En este tiempo Ceuta ha evolucionado pero sigue demandando aspectos justos de equiparación con el resto del país, con discursos coherentes desde las formaciones de implantación nacional con representación en la ciudad; peticiones basadas en la solidaridad territorial y en lo prevenido en la Constitución. Sin discursos lastimeros.
 

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