Este muchacho que por tener un
medio de comunicación televisiva se cree que es la reina de
los mares y que desde su posición de privilegio puede
arremeter por pura envidia contra todo lo que el en su día
defendió, mamo, canto e hizo copla chirigotera: o ha perdido
los papeles porque se ha vuelto loco, o es que el poder del
dinero le hace interpretar papeles que conducen a la
confrontación y la quiebre social, o es que es un mandado en
manos de los que en su día le amenazaron con darle una
paliza. Sufre el Síndrome de Estocolmo; es un traidor al
Carnaval con el que come a diario con sus desastrosos
comentarios; se ha hecho uno con la ordinariez periodística;
ha perdido los papeles. Si es cierto que ya no se acuerda de
cómo este personaje que suscribe, le salvo a él y a su
chirigota de que en su día le dieran la paliza antes
mencionada, así como que ciento cincuenta musulmanes del
Príncipe que habían amenazado con bajar a Ceuta a armarla el
día de la cabalgata se quedaran tranquilos; de esto no se
acuerdan ni él, ni los dirigentes de la ciudad, ni las
fuerzas de seguridad. Todo se calmó gracias a una llamada de
teléfono mía a cierta persona que en su día era toda una
autoridad moral en el citado barrio. Es musulmán y amigo
mío. Hoy le doy las gracias públicamente desde este medio.
Jaramillo en vez de opinar imparcialmente el día de la
actuación de la Chirigota campeona del Carnaval, comenzó a
lanzar diatribas y mensajes inoportunos de las letras que se
estaban cantando, mintiendo con su partidismo e incitando a
la confrontación. A pesar suyo, el pueblo llano que
abarrotaba el salón de actos del Siete Colinas puesto en pie
pidió el voto para la chirigota “Los polluelos con pelos en
los huevos”. La voz del pueblo habló y la chirigota ganó.
Ahora desde hace unos meses calienta el ambiente carnavalero
en contra esa chirigota que ya no existe para nadie; solo
hacen referencia a ella los que en su corazón no la olvidan
por dos razones: Los que viven del odio racial, político y
sectario; y los que ven en la citada chirigota ese viento
fresco de libertad y valentía que llama asesino al que mata
en nombre de lo que sea, corrupto al político que lo es,
traidor al que manipula al pueblo, y esclavo al periodista
que miente y distorsiona las palabras con fines arteros y
con intenciones de linchamiento social a un grupo que llama
fea a su jefa. Hace unos días, Jaramillo comentó que el día
de la actuación de la citada chirigota, la conexión
televisiva podría cortarse.
Es decir amenaza con manipular la información televisada.
Miente de nuevo, cuando ha comentado en los medios de
información, que un equipo suyo fue al ensayo de la
chirigota en cuestión y que no los dejaron entrar; allí no
fue nadie. Eres un peligro público y vives de una televisión
pública. Quien la manda es decir el gobierno de la ciudad
debería expulsarte, por las consecuencias que tus envidias,
odios y mentiras puedan ocasionar en un futuro próximo. No
aprendistes nada de LA LEGION.
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