“Al Rey, la hacienda y la vida se
han de dar. Pero, el honor, es patrimonio del alma y el alma
solo es de Dios”. Mala cosa cuando una resolución judicial
asusta y humilla a millones de españoles. Lo digo por la
filigrana jurídica que va a poner en la calle al criminal de
Juana Chaos, pese a esos veinticinco asesinatos de los que
dice no arrepentirse. Por lo visto, el que, un terrorista
amenace a través de artículos en periódicos no es “amenaza
terrorista” .Que va, es como cuando las marujonas de mi
barrio se amenazan mutuamente con sacarse los pulmones o
arrancarse las cabezas, que ya se sabe que no es más que
dialéctica apasionada del sur profundo, de esta tierra de
María Santísima, racial y vocinglera, meridional y
auténtica.
Pero el asesino de Juana, al que han mimado y privilegiado
durante su cautiverio hasta el hartazgo, privilegios y
prebendas que son escupitajo infecto en la cara del resto de
los presos, el tiparraco que está manchado de sangre hasta
las rodillas, puede salir este verano. Eso sí, la postura de
los partidos es educadísima y correctísima y el PP dice eso
que se dice siempre y que suena tan finolis y tan de
vasallaje “No comparto pero respeto”. Ahora tendríamos que
preguntar al pueblo llano y soberano su opinión auténtica,
sin censura por miedo a represalias, salir a la calle y
palpar si, el sentir de quienes imparten justicia, se funde
y se confunde con el sentir de los españoles, porque, si
cada cual va por su lado, mala cosa, se pierde la confianza
y si se calla lo que enmudece el verbo es el temor.
Debatíamos un grupo si, un delito de amenazas puede
conllevar una pena de doce años, por muy asesino convicto y
confeso que sea el bicharraco. Puede que no. Pero de Juana
es un mamón y nuestros niños acabarán cantando “El honor
español ¿Dónde está, donde está? Lo ha tirado un mamón en el
fondo del mar”. Y millones de ciudadanos no admitimos que se
nos humille y ofenda obligándonos a cruzarnos por la calle
con un asesino múltiple. En ningún país de Occidente y menos
de Oriente, porque allí son más rigurosos y expeditivos, se
permite que, el asesino de veinticinco criaturas se vaya en
libertad, a vivir del cuento, amparado y protegido por un
nacionalismo abyecto y seguramente subvencionado, porque es
hartamente improbable que, el de Juana salga y se ponga a
deslomarse en una obra para llevarse a su casa un jornal.
No. No lo podemos tolerar y el partido que aporte una
solución que nos evite el escarnio de un asesino, orgulloso
de sus crímenes, en libertad, capitalizará su iniciativa.
¿Un ejemplo? La deportación. Que salga con la condición de
que abandone España y se exilie en algún régimen bananero de
esos donde van los terroristas y ponen restaurantes. El
problema es que, la UE no ha sacado aún adelante la
iniciativa de pérdida de la nacionalidad para los condenados
por terrorismo, se les hace apátridas y se les espamplonea,
eso es lo que dicen los politólogos y filósofos y es una
buena medida. Pero el caso es de Juana Chaos, que vivir,
vivir, no podría hacerlo en ningún punto de España que no
sea ese País Vasco, el lugar de los grandes silencios, de
las enormes desconfianzas, de los miedos y del “no
significarse”. Ni en Ceuta ni en Andalucía podría asomarse
ni tan siquiera al balcón, porque, la gente es como es. Y no
nos gusta la hipocresía política ¿Por qué decir “No comparto
pero respeto”? Es más sano decir “Ni comparto ni respeto
pero me aguanto porque no tengo más remedio, aunque esté con
los instintos de un gato rabiando” Eso lo oye la gente y
dicen “Mira fulano, dice lo que todos pensamos, es un hombre
de honor”. El honor español ¿Dónde está, donde está? Pues
donde están las llaves matarile rile rile, donde están las
llaves matarile rile ron, pin pon.
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