La firma que se lleva a cabo en la
jornada de hoy entre el Ministerio de Administraciones
Públicas, es decir el Estado, y la Ciudad Autónoma, o sea
Ceuta, ha sido catalogada por el responsable del MAP, Jordi
Sevilla como el “principio de una relación intensa” en donde
el responsable de esta cartera en el gobierno de Zapatero
aboga por una estrecha relación responsable de los dos
partidos mayoritarios y de implantación nacional, PSOE y PP,
en los asuntos que atañen a nuestra ciudad por ser estas dos
formaciones “las dos grandes fuerzas políticas del país”. Y
todo ello, sin desdeñar en ningún momento la “colaboración”
entre el “Gobierno de España y el autónomo”.
Alejado de un clima de perturbación institucional, el
ministro Sevilla ha dado muestras evidentes de un sentido de
Estado y de respeto al derecho de las administraciones, como
prevé la Constitución, a gestionar materias inherentes a su
condición de autónomas.
En los casos de Ceuta y Melilla, con un más que ‘sui
generis’ Estatuto de Autonomía que ha servido, eso sí, para
avanzar en ciertos aspectos, el ministro ha mantenido el
hilo del diálogo con ambas administraciones pese a los
complicados nubarrones que surgieron en el camino de las
llamadas negociaciones en los que el protagonismo de los
partidos iniciaron inopinadamente una escalada de denuncias
abanderando la causa propia.
Si bien el presidente de Ceuta expresó permanentemente su
moderada condición de afrontar con el Estado las
divergencias existentes, otros airearon a los cuatro vientos
los ecos de la ‘bronca’ política.
Aunque, a veces, posicionamientos beligerantes alcancen
protagonismo mediático, el tiempo y el modo de hacer del
presidente de Ceuta junto con la habilidad del ministro
Sevilla, han dado la razón a los que prefieren moderación,
diálogo, cordura y altura de miras frente a actitudes
políticamente belicosas.
Es simplemente un ejemplo de que cuando se quiere, se puede.
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