Me temo, para mi desgracia, que se me echan encima fines de
semana movidos. Aunque oficialmente todavía no se sabe nada,
en la habitualmentebien informada radio macuto los
contertulios comentan que las fechas a barajar para los
próximos comicios electorales son dos: julio o primeros de
septiembre (siempre antes de Ramadán). También hay algún
optimista que especula con su retraso, a fin de permitir
votar a los hermanos saharauis ahora que, según parece,
Mohamed VI pudiera llegar a un acuerdo definitivo con los
polisarios. Sin comentarios.
En cualquier caso, la vida política marroquí gira ya desde
hace tiempo en este sentido, siendo también el contexto en
el que debemos enmarcar la importante concentración y
exhibición de músculo del viejo partido de la independencia,
el Istiqlal, que tocó a rebato el pasado sábado concentrando
a sus huestes (algunas venidas desde bastante lejos) en el
cine Español de Tetuán, donde un templado y algo monótono
Abbas El Fassi (precedido por el secretario general del
partido en la ciudad, el médico Yehya Derdabi) se dirigió a
un entregado auditorio que llenaba el aforo mientras,
sentado en el escenario, Larbi Messari seguía con atención
el discurso. Apenas pude hablar unos minutos con el ex
ministro Messari, conocido hispanista y poseedor de un gran
archivo de prensa española, pero pudimos al menos
estrecharnos las manos (nos conocemos desde hace años) y
quedar para otra ocasión.
Cómodamente sentado en la segunda fila junto a distinguidos
vecinos (el ex diplomático Ben Abdel Wahab y el ex alcalde
tetuaní Haraz Lhabib, entre otros) no paré de tomar notas en
el cuadernillo. Acostumbrado más a mítines y conferencias
islamistas, calibré las diferencias. La común referencia
islámica en cualquier acto público es evidente, desde el
Bismillah introductorio al jóven salmodiador del Corán, pero
había detalles: de las veinte chicas scouts que se
concentraron en el escenario, tan solo dos llevaban hiyab.....
Bajo el lema El desarrollo del norte responsabilidad de
todos, y presentado por el inspector (sic, asi me lo
tradujeron) del partido en Tetuán, Yehya Derdabi centró su
intervención en tres puntos: la gloriosa historia de la
ciudad, los problemas que padece en la actualidad y, cómo
no, las elecciones en ciernes. Entre la problemática
expuesta, destacaría dos puntos: la crítica, un tanto ácida,
a la mala gestión del ayuntamiento y la urgente necesidad de
un moderno hospital con la inclusión de una unidad para el
tratamiento del cáncer, enfermedad muy extendida en el
norte. Es curiosa esta fijación de las élites marroquíes por
la población afectada por esta enfermedad en el norte del
país, pues (ahora no fue el caso, pero el asunto volverá a
salir en cualquier momento) suele achacarse al empleo
(puntual y en escenarios muy concretos) por las tropas
españolas de gas tóxico durante los últimos años de la
guerra del Rif, particularmente después de las masacre s de
Annual, Dar Quebdani y Monte Arruit, en 1921.
Abbas El Fassi por su lado (casado con una hija del
patriarca istiqlalí, Allal El Fassi), desgranó la posición
de su partido frente a los temas de actualidad, comenzando
con un canto a la unidad del Estado (anexión definitiva del
Sáhara como siguiente paso, porque lo que se dice pasos a
dar en pos del Gran Marruecos hay más...) y a recordar que,
frente a la religión, el Istiqlqal defiende un Islám normal,
no radical, en lo que según me confiaron algunos asistentes
pudiera ser un rechazo a un futuro entendimiento con los
islamistas parlamentarios del PJD (Partido de la Justicia y
el Desarrollo, de Saâd El Othmani). Como respondiendo al
latir del ambiente, El Fassi dejó caer -siempre en el estilo
plano que caracterizó su intervención- la posibilidad de
presentar candidaturas en coalición con la USFP (Unión
Socialista de Fuerzas Populares) y los antiguos comunistas
del PPS (Partido Popular Socialista). Seguiremos mañana.
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