El historiador ceutí, Francisco Sánchez Montoya, considera
que la Ley de la Memoria Histórica es una forma de
homenajear a las víctimas de la represión originada con el
golpe militar de 1936. En Ceuta se fusilaron a 268 personas.
“Esta Ley no va contra nadie, es una ley que hacía falta en
nuestro país no para acusar a nadie, aquí no se viene a
acusar a nadie pero sí para que esos familiares que durante
tanto años no han tenido un reconocimiento, una calle, un
homenaje que al menos que puedan velar los restos de sus
familiares que están bajo una cuneta, y hacerle un entierro
como debe ser. Repito, no va contra nadie sino a favor de
los que sufrieron durante muchos años represión cárcel,
porque como la historia de Parrado hay muchísimas más”,
dijo.
Sánchez explicó que desde hace un año se ha conseguido
“dignificar” la fosa común existente en Ceuta, cerca del
cementerio de Santa Catalina. “Hemos logrado que se pongan
los nombres de todos los enterrados, hay 156 personas. Fui
el encargado de hacer una placa con todos los nombres.
Coloqué un poema de mi autor preferido, Miguel Hernández. Se
trata de ‘La elegía a Ramón Sigés’, además, hay otra placa
de un familiar cuyo padre se enterró allí. Vive en Francia y
escribió unas palabras en nombre de los que están hay
enterrados”, comentó.
El recuerdo de estas personas debería estar inmortalizado en
las calles de Ceuta según el historiador, quien recordó una
reiterada petición en este sentido. “Hay una calle que se ha
pedido varias veces, en homenaje de la que fue la única
mujer ceutí ejecutada, Antonia Gallego, conocida
cariñosamente como “la latera”. La madrugada del 2 de enero
de 1937 una patrulla de falangistas la sacaron a la fuerza
de la prisión del Sarchal y la ejecutaron. Se ha
reivindicado varias veces que se le ponga una calle a esta
mujer como homenaje a su persona y a todas esas mujeres que
lucharon”, indicó.
La adecuación de los monumentos históricos de la ciudad es
otro de los aspectos que Sánchez Montoya cree que habría que
revisar. El historiador citó a dos en concreto. Explicó que
el monumento del Llano Amarillo se hizo en la década de los
40, como homenaje a unas maniobras que se realizaron en
Ketama cerca de Melilla, una vez que se proclamó la
Independencia en 1956, se trasladó a Ceuta piedra a piedra.
Cuando llega a Ceuta se coloca la inscripción en la que se
menciona al General Franco. “No creo que tirar monumentos
sea necesario, no conduce a nada pero con quitar estos datos
que se pusieron en la reinaugurar, se deja el monumento a
unas maniobras en Ketama y se adecúa a la realidad
histórica. Del mismo modo que puede hacerse con elos pies de
Franco. Habría que poner una placa allí y explicar
históricamente que desde ese lugar cruzó el Estrecho, el
Ejército sublevado al mando del General Franco dirigió las
tropas”, expuso.
|