La AD Ceuta vive su mejor momento de la temporada, después
de enlazar tres triunfos. El equipo de Orúe, que firmó una
discretísima primera vuelta y tardó 11 jornadas en estrenar
su casillero de victorias, está jugando mejor al fútbol y
esa mejoría tiene fiel reflejo en los resultados. Ante el
Mérida y el Villanovense el Ceuta ganó y convenció. Su juego
no enamora, pero tiene los ingredientes básicos para
triunfar en esta categoría: firmeza y seguridad defensiva,
posesión del balón al que se le da un buen trato y
profundidad y desborde por banda con la asignatura pendiente
de la falta de pegada. De todos modos, no nos engañemos. En
el manual de Orúe lo más importante es dejar la portería a
cero y el Ceuta lo ha conseguido en los últimos seis
partidos en el Murube en los que sumó 16 puntos de 18
posibles, además los caballas son el segundo equipo menos
goleado del grupo cuarto. El domingo pasado no estaba Víctor
Vía por sanción y el jerezano cambió el dibujo para jugar
con tres centrales y dos carrileros cuando podía haber
utilizado el 4-4-2 sin la figura del pivote defensivo o
tercer central. La apuesta le salió bien porque el Ceuta
ganó y se situó undécimo, su mejor clasificación esta
temporada. Con el inmejorable arranque de segunda vuelta el
equipo blanco empieza a poner tierra de por medio con la
zona de peligro, pero la diferencia entre el séptimo y el
decimosexto -el puesto que obliga a jugar el play off por la
permanencia- es tan solo de seis puntos y un par de
resultados negativos volverían a meter al Ceuta en
problemas. Orúe y sus futbolistas son conscientes de que no
han hecho nada y deben perseverar para aspirar a algo más
que la salvación. El partido de Marbella servirá para
calibrar las posibilidades de este nuevo Ceuta.
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