Hay cosas, que por muchas vueltas
que le doy a la cabeza, no consigo entender. Quizás porque
mi manera de verlas y enfocarlas desde un puesto que no
tengo sea, totalmente, diferente al que ocupa ese puesto.
Diferentes formas de ver la vida y las situaciones que, en
ocasiones, ocurren en la misma.
No entiendo que se le dé una subvención a un medio para que,
desde el mismo, me pongan de chupa domine cada jueves y, a
pesar de todo ello, siga manteniendo esa subvención. Eso no
se le ocurriría ni al que asó la manteca colorá. Desde
luego, desde mi particular punto de vista, si el menda fuese
el que dispone de ese dinero de la subvención puedo
asegurar, sin temor a equivocarme, que no iba a ver ni un
solo euro el editor del medio. No aguantaría, ni un sólo
segundo, esos ataques despiadados hacia mi persona que,
además, en la mayoría de los casos no tiene razón de ser y,
por supuesto, no admitiría ni el más mínimo insulto,
mientras tuviese la sartén por el mango.
La pregunta que me haría, cuánto tiempo podría aguantar el
medio sin recibir esa subvención. La contestación que me
daría, es de una gran facilidad, ni un mes. La pela, es la
pela que dirían los catalanes y, esa, hay que defenderla con
la vida porque, la vida, no está ni para perder un sólo
euro, y, más, con la ruina que tenemos metida todos los
españoles por el asunto del euro, que desde su instauración
como moneda, somos un sesenta y seis por ciento más pobres.
¡Ay, morena del alma!, ya lo dijo ese peazo de escritor:
“poderoso caballero es don dinero”.
Y por favor que no me vengan, los de siempre, a decirme que
eso se llama libertad de expresión y total independencia,
porque no es ninguna de las dos cosas. La libertad de
expresión no consiste en estar, cada día, criticando la
labor de un personaje y, mucho menos, llegar al insulto
hacia su persona.
Y ni te cuento, serrana del alma, si a eso le llaman
independencia. ¿Cuál es y dónde está la independencia cuando
sólo se ataca, por activa y por pasiva, a una persona
determinada?. La independencia consiste, simple y
llanamente, en contar todo lo que haya que contar y criticar
todo lo que haya que criticar, sea quien sea, la persona o
las personas que merezcan esas criticas en el desempeño de
sus funciones sin distinción alguna.
Lo curiosos del caso es que hay otras personas, cuyas
actuaciones son criticables, pertenecientes al partido del
presidente de la Ciudad, a quienes no se les critica nada en
absoluto. ¿Qué pasa, dónde está la independencia de qué
hacen gala? ¿O es qué no son criticables porqué les deben
algún que otro favor?. ¡Peazo de independencia!.
Y como, hoy, me cogen de buenas les voy a adelantar algo que
surgirá en breve. Uno que ha estado metido en el mundillo
ese del espectáculo, dentro de él, ha conocido a muchos
tríos incluso, a veces, he estado tentado hacerme productor
y traer, a algunos de ellos, a actuar en esta tierra
nuestra. He desistido de traerlos porque, en nada, aparecerá
“El Trío los trincones” a llevárselo calentito y no quieren
darme el veinte por ciento que me corresponde. Cantar no
cantan, pero llevárselo se lo van a llevar sino se pone
remedio.
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